En un día lluvioso de septiembre, Sayli Alba, una escritora cubana, enfrenta una lucha diaria para llegar a fin de mes con su salario y los desafiantes precios en Cuba en estos tiempos. Sayli nos ofrece una visión íntima de su vida, compartiendo sus preocupaciones y desafíos en medio de una crisis que ha afectado a todos los aspectos de la vida en la isla.
Sayli comenzó su día con la esperanza de ganar 200 pesos cubanos, pero regresó a casa sin ellos. Gastó treinta pesos en un solo mango, que planea usar para hacer jugo para su hijo cuando vaya a la escuela el lunes. Treinta pesos por un mango, una muestra de los altos precios que enfrenta en su vida cotidiana.
Luego, compró un macito de quimbombó por cincuenta pesos. Sayli comparte que ha visto cómo el precio de este alimento ha aumentado de treinta a cuarenta y finalmente a cincuenta pesos. A pesar de los desafíos financieros, lo compra porque tanto a ella como a su hijo les gusta. La alimentación es una prioridad, pero los precios la hacen luchar por mantener a su familia bien alimentada.
Finalmente, Sayli adquirió diez plátanos verdes a diez pesos cada uno, dejándola con solo veinte pesos en el bolsillo. Describe cómo ha dejado de lado muchas comodidades personales, como arreglarse el cabello o las uñas, debido a la difícil situación económica que enfrenta.
Sayli revela cómo la crisis la ha llevado a reducir sus gastos personales, pero su mayor preocupación son su hijo Nico y su esposo Julio, quienes tienen aún menos recursos. Aunque a veces disfruta de una cerveza o una paleta de chocolate, estos pequeños placeres son raros, ya que su enfoque principal es la supervivencia de su familia.
La escritora comparte su deseo de hacer arroz congris los domingos, como solían hacer antes, cuando su esposo preparaba cócteles a base de limón o hierba buena. Sin embargo, los frijoles, un ingrediente esencial en este plato cubano, ahora son extremadamente caros y fuera de su alcance.
Sayli detalla sus ingresos, que provienen de diversas fuentes, como dar clases, escribir para la radio y la lectura de su obra. A pesar de tener varios trabajos, sus ingresos no son suficientes para permitirle vacaciones o comodidades. Se siente atrapada en una rutina de lucha constante.
Sin embargo, Sayli es una luchadora incansable. Continúa escribiendo dos novelas simultáneamente, creando poesía triste y organizando libros. Su determinación es un reflejo de su espíritu indomable, que persiste a pesar de las adversidades.
Sayli Alba nos muestra una perspectiva cruda de la realidad en Cuba, donde las dificultades económicas y la incertidumbre son una constante en la vida de muchas personas. Su historia refleja la lucha de aquellos que, como ella, se enfrentan a desafíos inmensos con coraje y resiliencia. Sayli no se rinde ni se va; sigue adelante con la esperanza de un futuro mejor.