En medio de la persistente crisis económica y la escasez de alimentos que afectan a Cuba, una madre ha alzado su voz para denunciar la precaria situación en la que se encuentra, incapaz de proporcionar alimentos adecuados a su bebé.
Yusney Soto compartió su angustia a través del perfil de Facebook «Madres cubanas por un Mundo Mejor», donde mostró una fotografía de su refrigerador vacío como símbolo de la lucha diaria que enfrenta para alimentar a su pequeño.
El conmovedor testimonio de esta mujer pone de manifiesto la gravedad de la crisis alimentaria que afecta a la Isla. Con valentía y desesperación, la madre expuso su realidad sin pedir ayuda directamente, sino buscando un espacio para desahogarse y expresar su frustración ante la escasez que afecta a su hogar.
«Ya no puedo más. Miren cómo tengo el congelador, y no tengo vergüenza en decirlo. No me avergüenza decir que he agotado todos los recursos para alimentar a mi bebé con lo más humilde posible, pero ya no puedo más. ¿Hasta cuándo será esto, por Dios?», cuestionó Soto.
La carestía de alimentos y la falta de recursos básicos son problemas constantes en la vida de los cubanos, agravados por factores que las autoridades comunistas no han sabido abordar adecuadamente. Voces como la de Soto son un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la atención a la crisis humanitaria que se vive en la Mayor de las Antillas.
Ante esta situación, otros cubanos también han expresado su frustración por la continua escasez de comida en todas las provincias. «Es muy triste lo que estamos pasando, es un infierno, especialmente cuando nuestros hijos nos dicen ‘mamá, tengo hambre'», compartió Lorena Rodríguez.
Por su parte, Elizabeth Ortiz Ruiz lamentó que la escasa comida que se consigue acabe echándose a perder debido a los frecuentes apagones, que también afectan a los electrodomésticos como los refrigeradores.
«Esta es la cruda realidad que enfrenta el pueblo de Cuba: todos los refrigeradores están vacíos, al igual que los estómagos. Así tenemos que estudiar y trabajar. Somos una continuidad de hambre, miseria, apagones, necesidades, calamidades y enfermedades. Vivimos decepcionados, sin alternativas ni esperanza de progreso, con un gobierno hipócrita y sádico donde los dirigentes están sobrealimentados y cómodos en sus buenas casas, con sus refrigeradores llenos de comodidades», agregó otra usuaria.
