En un reciente incidente, se reportó el robo del módulo de alimentos perteneciente a una anciana residente en Cuba. El evento provocó una oleada de indignación y conmoción en la comunidad, desencadenando así una impresionante muestra de apoyo hacia la mujer de 90 años.
La noticia del robo se propagó a través del grupo de Facebook «Solo gente de Luyanó», generando una intensa tristeza y frustración en los miembros debido a la vulnerabilidad y soledad de la víctima. El incidente fue relatado en la plataforma: «Un triste suceso ha afectado a una vecina de 90 años que carece de familia.
Su módulo de alimentos, adquirido en la tienda Melones, fue arrebatado. Mientras salía del establecimiento con su carrito de compras y sus productos, un joven se ofreció a ayudarla. Después de un trecho juntos, el joven aceleró su paso, dejando atrás a la anciana a pesar de sus protestas por no poder seguir el ritmo.
Finalmente, la perdió de vista cerca de la panadería de Municipio. Esta experiencia, que no necesita comentarios adicionales, sirve como una advertencia para todos nosotros.»
La comunidad respondió de manera abrumadora ante esta tragedia. Cientos de personas reaccionaron mostrando su solidaridad hacia la abuelita y ofreciendo su ayuda en este momento difícil. Uno de los internautas, Javier Morales Ruiz, compartió: «Mis hijas y yo entregamos víveres a la abuela en nombre de mi familia y de los masones cubanos.»
Zulema Borbón también compartió su perspectiva, destacando la continuación de la solidaridad en Luyanó: «A pesar de que un individuo sin compasión le robó su módulo hace unos días, la comunidad de Luyanó sigue brindando su apoyo a la abuelita». Adjunto a sus palabras, había una imagen que mostraba a otros jóvenes brindando asistencia.
La comunidad siguió movilizándose para ofrecer su apoyo, sin embargo, en poco tiempo se vieron en la necesidad de poner freno a la generosidad desbordante. Un mensaje de agradecimiento fue publicado en el mismo grupo:
«Es realmente inspirador reconocer que ante un acto malicioso, hay más de 300 almas sensibles a la injusticia. Su colaboración ha sido asombrosa, al atender y satisfacer las necesidades de Yuli, la anciana de 90 años. Aunque ella está profundamente agradecida por toda la atención recibida, nos ha pedido que ya no le proporcionemos más productos, especialmente los congelados. Les deseamos a todos un día maravilloso lleno de bendiciones.»
