«Es ineludible que un cliente reciba pagos electrónicos». Así lo afirmó el primer ministro del régimen cubano, Manuel Marrero, al referirse a aquellos negocios que aún insisten en pagos en efectivo.
Durante una reunión de trabajo desde el Palacio de la Revolución, el alto funcionario enfatizó que en situaciones donde las condiciones sean propicias, ningún actor económico debe rechazar la opción de que los clientes realicen pagos por servicios, productos y otras transacciones comerciales y financieras a través de los variados canales electrónicos utilizados en Cuba.
Sobre este asunto, Joaquín Alonso Vázquez, ministro-presidente del Banco Central de Cuba (BCC), señaló que las autoridades han identificado nuevas modalidades de gestión que, a pesar de disponer de opciones electrónicas de pago, insisten en que la población realice pagos en efectivo, lo cual es considerado como una «resistencia a la medida».
Según el portal digital Cubadebate, Alonso Vázquez también reconoció la necesidad de una mayor capacitación, tanto por parte de los trabajadores en los establecimientos para explicar adecuadamente a la población, como por parte de los propios clientes.
El proceso de bancarización implementado por el régimen ha sido objeto de críticas en diversos sectores de la sociedad cubana. Por un lado, la población se queja de la falta de liquidez, ya que necesitan efectivo para realizar transacciones cotidianas. Por otro lado, los cuentapropistas requieren dinero en efectivo para acceder a productos debido a la ausencia de un mercado mayorista.
Además, expertos resaltan que la implementación de la bancarización conllevará al cierre de negocios, ya que los cuentapropistas que operan en modelos de negocio como las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) necesitan divisas fuertes (dólares) para acceder a sus productos.
Tras el anuncio de la bancarización a principios de agosto, el economista Elías Amor mencionó que las medidas adoptadas «tienen efectos asimétricos claros según el tamaño o el sector de especialización de los agentes económicos». En este sentido, el experto no descartó la posibilidad de que surjan problemas al aplicar las nuevas normativas y que no se logre una reorganización efectiva de los flujos bancarios.