En el paisaje económico cubano, un choque de voluntades entre el gobierno y los negocios privados está generando olas de controversia en torno a la implementación del proceso de bancarización. Mientras el régimen de Cuba busca imponer el uso de canales electrónicos para las transacciones comerciales, muchos propietarios de negocios privados se resisten a conformarse con este modelo, desafiando la obligatoriedad de aceptar pagos electrónicos.
La inquietud se ha elevado al punto de que el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, advirtió enfáticamente: “Nadie puede negar el pago electrónico”. En una reunión en el Palacio de la Revolución, Joaquín Alonso Vázquez, el ministro-presidente del Banco Central de Cuba, presentó al primer ministro la creciente resistencia por parte de lo que llamó “nuevos actores económicos” frente a la bancarización. Estos actores parecen estar exigiendo que los pagos se realicen en efectivo, en lugar de optar por las opciones electrónicas proporcionadas por el gobierno.
El régimen cubano ha implementado un proceso de bancarización de forma “gradual”, buscando ejercer un mayor control sobre las transacciones comerciales. Sin embargo, esta medida ha tenido un impacto más amplio de lo previsto, generando consecuencias negativas como la exacerbación de la escasez de efectivo y el aumento de la inflación y el valor del dólar en el mercado informal.
El primer ministro Marrero Cruz subrayó que la resistencia a la bancarización no será tolerada y que todos los actores económicos deben aceptar pagos electrónicos. Esta advertencia no se limita a los dueños de pequeñas y medianas empresas, sino que se extiende incluso a los vendedores ambulantes conocidos como “carretilleros”, a quienes el régimen intenta imponer la bancarización con celeridad.
En medio de este debate, se plantea la pregunta de si las explicaciones y la pedagogía oficialista podrán cambiar la percepción de los cubanos respecto a la bancarización. Los líderes del régimen ya han comenzado a planificar estrategias para comunicar los “beneficios” de este proceso, en un intento por convencer a la población.
En un escenario de poder cambiante, los discursos autoritarios como el de Marrero Cruz están emergiendo como respuesta a la resistencia. Si los cubanos persisten en su rechazo a la bancarización, es posible que enfrenten consecuencias más severas por parte del régimen.
Un vistazo al comportamiento económico en países desarrollados, como España, muestra un contraste interesante. En España, por ejemplo, los establecimientos no están legalmente obligados a aceptar pagos electrónicos. Esta diferencia resalta la importancia de permitir la flexibilidad y la elección en las transacciones comerciales, considerando las preferencias y necesidades de los participantes.