Hace apenas un mes, el Inter Miami estaba sumido en dificultades en la MLS, ocupando el último puesto en la Conferencia Este, sin sospechar lo que el destino le tenía reservado.
En ese momento, apareció Lionel Messi en Miami. Apenas unos días después de su llegada, debutó con el Inter enfrentando al Cruz Azul en el partido inaugural de la Leagues Cup. Su impacto fue innegable: con un espectacular gol de tiro libre, le otorgó la victoria 2-1 a su equipo y renovó la esperanza de sus seguidores en todo el mundo.
Luego, anotó dos goles rápidos frente al Atlanta United, contribuyendo a una victoria por 4-0 que desató la Messimanía no solo en Estados Unidos, sino en todo el planeta. La atención estaba centrada en el increíble impacto de Leo en la Ciudad del Sol.
Cada actuación destacada de Messi en el campo respaldaba su valía y su presencia se convirtió en un constante foco de atención. Su felicidad en Miami era palpable.
El partido contra Orlando marcó otra ocasión en la que Messi brilló con dos goles, liderando al Inter a una victoria 3-1. El enfrentamiento contra Dallas (4-4) fue una verdadera batalla, y Messi marcó el empate en una asombrosa remontada, participando en los cuatro goles. El Inter avanzó a los cuartos de final al ganar en los penales, con Messi anotando el primero.
En cuartos, el equipo venció 4-0 a Charlotte en casa, con Messi anotando su octavo gol en el torneo. En semifinales, el Inter triunfó sobre Philadelphia 4-1, gracias al noveno gol de Messi en el torneo.
En la final, Messi abrió el marcador 1-0 para el Inter en el minuto 23 con un gol espectacular de zurda, su característica distintiva. Sin embargo, Fafa Picault empató 1-1 de cabeza para Nashville en el minuto 57, rematando un rebote tras un córner.
La victoria del equipo de Miami en la tanda de penales terminó 10-9 y estuvo llena de tensión. Messi anotó el primer penal, mientras que Víctor Ulloa falló el quinto. Luego de que Randall Leal fallara el único tiro de Nashville, bien detenido por Drake Callender, este último marcó el décimo penal para Miami y detuvo el tiro del portero local, Elliot Panicco.
Así, Messi conquistó su primer título en Estados Unidos, liderando al Inter Miami hacia la victoria en la Leagues Cup con un total de 10 goles.
Es importante destacar la invaluable contribución de Sergio Busquets, quien se convirtió en el maestro de ceremonias en el campo, dirigiendo tanto la defensa como el ataque. Además, Jordi Alba aportó su toque de calidad al equipo.
El entrenador Gerardo Martino también merece reconocimiento por su habilidad para encontrar el once ideal, dirigir el juego y realizar los cambios necesarios. Sin duda, contar con Messi hizo que todo fuera más sencillo.
Nashville demostró ser un digno rival y apretó al máximo en esta final, estando a punto de llevarse la victoria en casa. A pesar de que Miami tuvo un 59.8% de posesión, Nashville disparó 11 veces al arco en comparación con las 6 del Inter. De esos 11 disparos, 6 fueron a puerta, mientras que los campeones lograron 2.
Cuando Callender detuvo el penal decisivo, la euforia se desató. El Inter ganó dramáticamente, pero ganó. David Beckham, Jorge Mas y José Mas estallaron de alegría, al igual que Tata Martino.
Los jugadores elevaron a Messi en el aire, y él le pasó la cinta de capitán a DeAndre Yedlin para que recibiera el trofeo, un gesto que habla de su nobleza. Todos celebraron a lo grande tras lograr esta hazaña, en la esperanza de que sea el primero de muchos éxitos por venir.
