Desafíos en el inicio del Curso Escolar Cubano: Una odisea para los padres

Redacción

En medio de la anticipación por el próximo inicio del curso escolar en septiembre, los padres cubanos enfrentan una situación económica abrumadora, marcada por los altos costos de los útiles escolares y las necesidades básicas para sus hijos. Este escenario ha sido vívidamente compartido por una cubana al influyente Nelson Álvarez, El Porfiao.

La cubana expresó con desánimo: “Una odisea. Yo voy por zapatos y luncheras, 9000 pesos. Me falta la mochila, gel y perfume. Si alguien tiene número para llamar a nuestro presidente que dice que la Educación es gratuita, que me llame por favor”. Este testimonio da voz a la preocupación generalizada por los costos cada vez mayores asociados con el regreso a clases.

La realidad económica que enfrentan los padres es grave, con comentarios como “Triste realidad: $ 4000 una mochila y los zapatos ni se diga” y “por Dios y una saya te la venden en 700 pesos y el juego en 1500 pesos. ¿A dónde vamos a parar?”, destacando la difícil situación que deben enfrentar al adquirir los elementos esenciales para la educación de sus hijos.

El Porfiao, reconociendo la ardua realidad que los padres cubanos enfrentan anualmente, comentó: “Sin dudas, una nueva odisea se avecina para la familia cubana, en especial para los padres y me refiero al inicio del curso escolar, lo que representará un impacto económico, una calamidad añadida por los altos precios en el mercado informal de útiles escolares, mochilas, merenderos, pasando por los zapatos para la escuela y los escasos uniformes a los que solo se tienen acceso (por la izquierda) pues no están disponibles para todos los grados, como si los niños no crecieran”.

La discrepancia económica entre los estudiantes también es un factor preocupante. Como observa El Porfiao, algunos niños tendrán “PEPSI y galletas de MARIA”, con cintas y lazos, mientras que otros tendrán que contentarse con lo que esté a su alcance.

Además de los desafíos financieros, la falta de maestros y las interrupciones en el horario escolar afectan a aquellos padres que trabajan. El sistema educativo y el sector de la salud han experimentado una decadencia en los últimos años, lo que agrega más presión a los padres que buscan proporcionar lo mejor para sus hijos.