Lino Tomasen, el hombre de hierro cubano, revela que mató a un hombre por accidente en México sobre un ring de boxeo (+ Video)

Redacción

Lino Tomasen, el apodado «hombre de hierro cubano», ha optado por no retomar su carrera como boxeador profesional tras una trágica experiencia que dejó una profunda marca en su vida.

A sus 32 años, este individuo ha decidido seguir un sendero inusual, dejando atónita a la multitud en Cuba al mostrar su resistencia, sometiéndose a martillazos en sus muñecas, codos y antebrazos.

Si bien Tomasen había entrenado arduamente en México y había acumulado 27 victorias por nocaut, su trayectoria se truncó de manera drástica cuando, en su última contienda, provocó la fatalidad de su contrincante al fracturarle el cráneo. Este trágico incidente lo condujo a tomar una decisión radical: «Juré que nunca más volvería a pelear», afirmó a la agencia Reuters, incluso en medio de las tentadoras ofertas económicas para su regreso al cuadrilátero.

La suma que había ganado a lo largo de sus peleas, alrededor de 100 mil dólares, fue donada a la familia del fallecido. A pesar de su éxito como boxeador, Lino descubrió un nuevo propósito al impresionar a la gente con su habilidad para soportar golpes de objetos contundentes. Durante 15 años, ha resistido aproximadamente siete millones de martillazos en diversas partes de su cuerpo.

En el presente, Lino Tomasen se gana modestamente la vida en las calles de La Habana y las localidades costeras, realizando espectáculos que asombran a los transeúntes.

«Durante 15 años, me he enfrentado a una media de siete millones de impactos en todo mi cuerpo», explicó.

A pesar de haber elegido un nuevo camino, no lamenta su decisión y se encuentra feliz de ser una fuente de inspiración para aquellos que buscan superar desafíos.

Recientemente, Lino simuló una pelea contra el afamado influencer conocido como Iroso Ojuani, dejando una vez más al público boquiabierto con sus hazañas físicas.

A través de una asombrosa demostración de resistencia y fuerza sobrehumana, partió un coco con sus codos y alzó a su compañero en planchas usando únicamente sus muñecas. Pero lo más sorprendente de todo, también mostró su destreza en el baile.