El aumento generalizado de los precios en Cuba está afectando drásticamente la posibilidad de que las familias cubanas puedan planificar unas vacaciones accesibles en su propia tierra. Los altos costos en el sector de la hostelería están generando una situación incosteable para muchos, lo que resulta en una pérdida significativa del poder adquisitivo de los salarios.
En la primera mitad del año 2023, diversos elementos esenciales para el funcionamiento de la industria hotelera, como alimentos y bebidas no alcohólicas, han experimentado incrementos de hasta un 66.48% en sus precios.
Este alza vertiginosa de los precios, combinada con una planificación deficiente por parte de las entidades estatales, ha conducido a un fenómeno curioso en la provincia de Cienfuegos: un sobre cumplimiento de las utilidades del sector de la hostelería estatal por un valor de 12 millones de pesos cubanos (CUP). Sin embargo, esta realidad no se debe a un aumento de reservaciones, sino a la escalada de precios.
Según Lázara Marlen Hernández Torres, funcionaria del Gobierno Provincial en Cienfuegos, en una entrevista al diario local 5 de Septiembre, «tal sobre cumplimiento ocurre con base en los precios, esos que con su alza sostenida van contribuyendo a la persistencia y aumento de la inflación».
Un ejemplo de la magnitud de este problema es la evolución de los precios en los viajes. Las promociones de pasadía desde Cienfuegos a Varadero aumentaron drásticamente en tan solo unos meses: de 580 CUP en enero a 1.975 CUP en mayo, sin cambios en los servicios ofrecidos.
El impacto de los precios también ha repercutido en el polémico Santa María Music Fest, un evento turístico respaldado por el régimen cubano. Los paquetes de hospedaje en los hoteles de Gaviota, entidad hotelera bajo el control de Gaesa y los militares cubanos, alcanzaron cifras cercanas a los 100.000 CUP.
Sin embargo, la realidad dista mucho de las expectativas. Juanka, un creador digital cubano, expresó su malestar después de haber quedado varado durante más de siete horas en el punto de recogida en La Habana, donde se suponía que un ómnibus los llevaría hacia los cayos.
La controversia aumentó cuando los huéspedes llegaron a los hoteles y se encontraron con problemas logísticos y exceso en la venta de capacidades. Esto generó descontento entre aquellos que habían pagado miles de pesos por el evento y enfrentaron obstáculos imprevistos.