En medio de la profunda crisis económica que embarga a Cuba y la recién adoptada política de bancarización propulsada por el régimen como respuesta a la escasez de efectivo, un mensaje enérgico circula por diversas plataformas digitales.
Grupos de Facebook, WhatsApp y Telegram se convierten en el escenario donde las clarias lanzan un desafío inesperado a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes). En este mensaje, parecen expresar su voz en contra de los negocios que se resisten a las transacciones no monetarias.
El mensaje, que ha generado tanto debate como incertidumbre, establece de manera firme: «Si se encuentra en la posición de dueño de una MiPyme y está convencido de que el cierre de su empresa es la única opción si no se le permite realizar todas las transacciones en efectivo, entonces tal vez debería considerar cerrar su negocio». Esta declaración audaz ha sido compartida repetidamente en las redes, generando reacciones polarizadas por parte de los emprendedores y empresarios locales.
La percepción de que una MiPyme solo puede prosperar si se apega a transacciones en efectivo ha sido profundamente arraigada en la cultura empresarial cubana. No obstante, el mensaje de las clarias destaca que este enfoque puede ser perjudicial para el crecimiento a largo plazo de estas empresas.
Según el mensaje, «una MiPyme incapaz de administrar sus finanzas utilizando métodos de pago globales difícilmente alcanzará el éxito deseado». Añade que, para lograr un sector privado sólido y exitoso, es fundamental que las MiPymes aprendan a gestionar sus operaciones siguiendo las prácticas internacionales.
Un residente cubano, Pedro Calde, compartió en Facebook una serie de capturas de pantalla que mostraban este mensaje revelador junto con el comentario: «Manual para las clarias contra las MiPymes. La orden de acabar está dada». La publicación de Calde rápidamente atrajo atención y comentarios, dando paso a un diálogo apasionado entre quienes apoyaban el mensaje y aquellos que desafiaban sus implicaciones.
Un usuario, refiriéndose al mensaje, opinó: «La lucha está dirigida hacia aquellos que tienen la capacidad de generar ingresos. Parece que no importa que contribuyan con empleos, impuestos, servicios y otros beneficios para la comunidad. Es un caso de no querer ver más allá de las propias limitaciones». Esta afirmación destaca la contradicción entre la resistencia al cambio y la necesidad de adaptarse para lograr un progreso sostenible.
La discusión en línea también tuvo espacio para el humor. Un internauta comentó con ironía: «Los bots ya estaban presentes en la Isla de la Siguaraya jajaja. Pero lo que realmente resulta sorprendente, incluso divertido, es que se atrevan a opinar sobre temas económicos y modalidades de pago… ¡Un poco de consideración, por favor! jajaja. En realidad, allá ni siquiera se sabe cómo termina el mes o cómo transcurre la vida».