Bahía Honda es renombrada por albergar un enigmático cementerio de barcos. Este desguazadero, único en Cuba y uno de los pocos en toda América Latina, se revela a través de imágenes compartidas por la página cubana «Naturaleza Secreta» en Facebook, donde barcos de diversas formas y tamaños yacen hundidos y abandonados en la bahía.
Estas embarcaciones, que en su momento surcaron los mares, hoy reposan como silenciosos testigos del inexorable paso del tiempo.
Según los posts de «Naturaleza Secreta», luego de dos años de inactividad en el cementerio, se aproxima un nuevo barco, dispuesto a encontrar su último descanso en este lugar. Las imágenes de estas naves hundidas despiertan un aura de misterio.
A pesar de que se sabe que estos barcos llegaron a Bahía Honda para ser desmantelados y «morir», aún prevalecen preguntas sin respuesta. ¿Por qué se escogió este lugar en particular para convertirse en un cementerio de barcos? ¿Qué característica lo hace tan relevante a nivel de toda América Latina?
Junto al enigma que rodea a estos barcos sumergidos, Bahía Honda también es famosa por su comunidad cercana y el Parque José Martí. Sin embargo, el cementerio de barcos sigue siendo una atracción principal para aquellos interesados en la historia marítima y los enigmas del océano.
Según nos informan algunas autoridades municipales, estos barcos llevan años en la bahía, abandonados por sus dueños y pertenecientes a distintas nacionalidades y compañías. Fueron dejados a su suerte y la acción del tiempo, la negligencia y la falta de recursos para actuar cuando se advirtió, de manera tardía, su impacto ambiental, los han llevado hasta el presente en la forma en que los vemos, obstruyendo la navegación en las aguas.
Dos de estas naves han sido parcialmente desmanteladas hasta el casco. Están ubicadas próximas a la Empresa Desguazadora de Buques Ciro Redondo, creada en 1987 después de la llegada de los barcos, y es la única de su tipo en el país.
También se nos informa que se han planificado operativos para su remoción; sin embargo, los costos de un servicio de una empresa externa son excesivos y recaerían sobre el gobierno local. Además, se es consciente de que los restos sumergidos ya forman parte del ecosistema, funcionando como sustrato para organismos sésiles y refugio para otras especies. Retirarlos podría generar más problemas ambientales que dejarlos en su lugar.
Aunque el cementerio de barcos en Bahía Honda puede ser considerado por algunos como un simple punto de interés histórico o turístico, no se puede pasar por alto la responsabilidad del gobierno en la gestión y supervisión de este sitio.
La acumulación de barcos abandonados no solo plantea un posible riesgo ambiental, sino también refleja falta de planificación y visión a largo plazo por parte de las autoridades.
En lugar de permitir que estas embarcaciones se deterioren y posiblemente afecten el ecosistema marino, el gobierno podría haber implementado medidas para asegurar su desmantelamiento adecuado o su reutilización.