En un contexto donde la represión es una constante, cualquier individuo en Cuba puede encontrarse convocado por la Seguridad del Estado para someterse a un interrogatorio, donde las preguntas se tejen con amenazas tanto psicológicas como físicas.
Dentro de este sombrío panorama, valiosas pautas son compartidas por Cubalex, una entidad defensora de los derechos humanos en la isla. A través de su plataforma en Facebook, esta organización comparte consejos fundamentales para enfrentar estos desafíos, los cuales han marcado la historia de Cuba bajo el régimen castrista durante más de seis décadas.
El derecho a guardar silencio es el primer consejo que se enfatiza, resaltando que ningún agente tiene la autoridad para emplear la fuerza o la coerción para extraer una confesión.
«Usted cuenta con el poder de decidir cuándo hablar y está en su facultad hacerlo tantas veces como lo considere necesario», destaca el comunicado de esta entidad sin fines de lucro, liderada por la abogada cubana Laritza Diversent.
En situaciones de interrogatorio, no se requiere que los individuos respondan a preguntas que no estén directamente vinculadas al motivo de la citación. De ahí proviene la recomendación de limitarse a proporcionar el nombre y la edad, para luego mantener el silencio ante los interrogantes planteados.
La importancia de evitar el diálogo con el interrogador se hace evidente. Asimismo, se insta a «no admitir acusaciones sin una detallada explicación acerca de la razón detrás y la identidad del acusador».
Cubalex también hace un llamado a los ciudadanos cubanos citados a este tipo de eventos a que exijan la presencia de un abogado durante el proceso. La asistencia legal juega un rol esencial en garantizar que los derechos fundamentales sean protegidos, ofreciendo orientación experta en situaciones de alta tensión.
Un Asunto Desgarrador: La Inusual Citación de una Niña Cubana
La semana pasada, la organización Prisoners Defenders levantó su voz para denunciar una situación profundamente desgarradora: una niña de tres años, de nombre Leadi Kataleya Naranjo Rillos, fue convocada para un interrogatorio por la Seguridad del Estado.
Esta pequeña es la hija de Idael Naranjo Pérez, un preso político cuya detención tuvo lugar tras su participación en las masivas protestas del 11 de julio de 2021, una fecha en la que miles de ciudadanos salieron a las calles exigiendo democracia, respeto a los derechos humanos y libertades.
La notificación, entregada en el hogar de la abuela de la niña, indicaba que tanto Leadi Kataleya como la anciana debían comparecer ante el «oficial Robert» en la estación de la Policía Nacional Revolucionaria El Capri, situada en Arroyo Naranjo.
Después de la entrega de la citación, la madre de la niña acudió al lugar, donde el agente declaró que se había «cometido un error» y, como gesto de disculpa, pidió disculpas.