En medio de la creciente crisis económica en Cuba, las autoridades locales parecen estar recurriendo a estrategias distractoras, como la celebración de fiestas, para intentar mantener la moral del pueblo. Un ejemplo de esto es la festividad de San Joaquín en Guantánamo, que ha suscitado controversias y críticas en medio de la difícil situación que enfrenta el país.
Un ciudadano expresó su descontento en una entrevista con el periodista oficialista Miguel Reyes: «Creo que en estos momentos por lo que está pasando nuestro país, no deberían de hacer carnavales, no hay nada que celebrar y menos con esos exagerados precios, hay una gran mayoría de cubanos que no pueden asistir». Estas palabras reflejan la frustración y el escepticismo de muchos ciudadanos frente a la realización de festividades en un momento tan complicado.
El reportero compartió detalles sobre los precios en el evento, revelando que se han realizado modificaciones solo para los actores económicos que participan en la venta dentro del área de la fiesta. El resto de los vendedores continuará ofertando productos a los precios acordados en el mes de junio. Sin embargo, la polémica surge al considerar que estos precios especiales podrían ser inalcanzables para una gran parte de la población.
Según informaciones del Consejo de la Administración Municipal (CAM), se está trabajando en la concertación y aprobación de precios de otras ofertas, y esta información será compartida en los próximos días a través de plataformas digitales de medios de comunicación y de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Guantánamo. Este intento de regularización de precios busca dar cierta transparencia al evento, pero aún así, las críticas y las preocupaciones persisten.
El listado de precios publicado revela cifras que han causado consternación entre los cubanos. Una simple pizza de jamón podría costar 140 pesos, mientras que un chilindrón de ovejo se sitúa en 325 pesos y el cerdo guisado en 300 pesos. Estas cifras son alarmantes, especialmente cuando se considera el contexto económico actual y los salarios que muchos cubanos perciben.
Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar. Muchos usuarios expresaron su indignación y descontento ante los altos precios. Algunos se preguntaron si las autoridades consideraban que los precios eran «muy baratos» y señalaron la dificultad de que trabajadores y jubilados puedan permitirse asistir a las festividades. Además, varios cuestionaron el propósito de celebrar en medio de las necesidades apremiantes que enfrenta la población.
Las preocupaciones también giraron en torno a los precios abusivos, especialmente considerando que son estatales. Un cubano comentó: «Esos precios son muy altos y eso que son estatales. Me imagino los precios de los particulares que tienen que comprar la materia prima en el mercado negro. Tremendos carnavales. Sinceramente no se debería hacer con esos precios y con la delincuencia que azota al país y la provincia».
