En un reciente desarrollo en la capital cubana, siete individuos fueron arrestados bajo acusaciones de vender pan y ron sin la debida autorización en las playas de La Habana. La información proviene de fuentes oficiales y fue compartida a través de un perfil vinculado al Ministerio del Interior de Cuba (MININT) en Facebook. La acción policial fue encomiada por la página DI Habana del Este, que detalla que los detenidos ofrecían bolsas de pan a 500 pesos, uvas a 350 pesos y ron Bartolomé a mil pesos.
La publicación resaltó que se pudo verificar que estos individuos estaban comercializando sus productos a precios exorbitantes, lo que afectaba negativamente a la población local. Sin embargo, el comunicado no brinda detalles sobre la identidad de los detenidos ni sobre las posibles sanciones que podrían enfrentar por ejercer estas actividades sin la debida autorización.
En los comentarios de la publicación, un usuario sugiere que estos arrestos podrían haber sido motivados por la falta de pagos a inspectores. Se señala que en Cuba es común que los vendedores informales enfrenten la presión de múltiples reguladores en las calles y, en algunos casos, estas detenciones pueden estar relacionadas con una lucha por sobrevivir en medio de difíciles condiciones económicas.
Este incidente resalta una tendencia en curso en Cuba, donde el gobierno ha estado tomando medidas enérgicas contra el aumento de los precios en el sector privado y la actividad comercial informal. En julio, la Dirección General de Transporte anunció más de 5,000 multas impuestas a conductores en La Habana por violar las nuevas tarifas para el transporte privado de pasajeros. Estas medidas buscan controlar los precios y reducir lo que se considera prácticas comerciales abusivas.
Según informes, el régimen estableció precios fijos para el transporte privado, lo que generó controversia entre los transportistas independientes. Estos profesionales del transporte argumentan que los nuevos precios son insostenibles, ya que enfrentan dificultades similares a las de otros ciudadanos cubanos para satisfacer sus necesidades básicas. El alto costo del combustible y las piezas de repuesto, que a menudo no están disponibles a precios asequibles debido a la limitada oferta estatal, plantea desafíos significativos para aquellos que buscan mantener sus negocios y sustentar a sus familias.