La vida de emigrante no siempre es tan sencilla como parece a simple vista. Detrás de cada paso audaz hacia un nuevo país y una nueva vida, se esconde una historia de esfuerzo, sacrificio y perseverancia. En este contexto, una cubana en Florida compartió un mensaje contundente que arroja luz sobre la realidad que enfrentan aquellos que buscan una vida mejor en Estados Unidos.
En una publicación en su perfil de Facebook, Rosa Sánchez, la protagonista de esta historia, dejó en claro que el proceso de construir una vida en el extranjero no es tan fácil como podría pensarse. En respuesta a aquellos que minimizan la importancia de enviar 100 dólares, Rosa afirmó que esos cien dólares representan mucho más de lo que parece. «Esos 100 dólares que te piden solo tú sabes cómo te los ganas con cansancio, calor, frío, etc.», señaló.
Es cierto que a veces las redes sociales pueden dar una imagen distorsionada de la realidad. Rosa señaló que, aunque en Facebook parezca que la vida es cómoda, la verdad es que «para comprarnos lo que queremos hay que trabajar y mucho». Este recordatorio nos muestra que, detrás de las imágenes y publicaciones en línea, hay esfuerzo y dedicación.
Rosa compartió su perspectiva de manera franca y directa: «Nada en la vida es gratis, en Cuba por lo menos comes en la mesa, aquí en Estados Unidos donde caigas, en el suelo, parado, caminando». Su mensaje es un llamado a reconocer la realidad de la vida en el extranjero y a valorar el esfuerzo que implica cada logro.
La cubana no dudó en afirmar que la vida en Estados Unidos es un constante trajín de trabajo, sacrificio y lágrimas. Aunque a veces la soledad y la dificultad pueden hacer que uno se plantee regresar, el compromiso con el nuevo camino es inquebrantable. «Acá se viene a trabajar, a sufrir, a llorar», enfatizó.
En los comentarios a su publicación, otros usuarios compartieron reflexiones similares. Uno de ellos señaló que es un error pensar que aquellos en el extranjero tienen la obligación de ayudar y mantener a quienes se quedan en la isla. Esta perspectiva resalta la importancia de comprender la complejidad de las vidas de los emigrantes y evitar juicios simplistas.
Esta no es la primera vez que un mensaje de un cubano en el exterior conmueve a la comunidad. En un partido de béisbol, un aficionado llevaba en su playera las palabras «Soy libre mamá, pero te extraño», un sentimiento que resonó profundamente en aquellos que han dejado atrás a sus seres queridos en busca de un futuro mejor.
