La búsqueda continúa en Estados Unidos para dar con el paradero de tres hermanos cubanos que se encuentran en la lista de los 20 criminales y sospechosos más buscados por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) en Miami. La razón detrás de esta intensa búsqueda es su participación en una estafa millonaria al programa Medicare, que asciende a la sorprendente cifra de $119 millones de dólares.
Los nombres de Carlos, José y Luis Benítez están vinculados a un elaborado plan destinado a estafar al sistema de atención médica federal, Medicare, en el área de Miami-Dade, Florida. Las autoridades los buscan para rendir cuentas por sus acciones, especialmente Carlos, quien enfrenta acusaciones de proporcionar tratamientos fraudulentos relacionados con el VIH a beneficiarios del seguro médico.
La trama en la que los hermanos Benítez están involucrados se ha tejido con astucia. Estos prófugos de la justicia estadounidense desde el año 2008, eran dueños de varias clínicas de atención a pacientes con VIH en el área de Miami-Dade. Mediante estas clínicas falsas, realizaron cargos millonarios a Medicare por medicamentos ficticios destinados a pacientes inexistentes.
La investigación ha revelado que los Benítez aprovecharon sus ganancias ilícitas para financiar lujosas compras de propiedades y artículos en República Dominicana, a través de la creación de empresas ficticias. A pesar de la gravedad de sus acciones, los hermanos Benítez lograron obtener la ciudadanía estadounidense en 2000, cinco años después de emigrar de Cuba.
A medida que se profundiza en la historia, se descubre que estos tres individuos ya estaban bajo la lupa de las autoridades federales en 2004. Se cree que podrían haber escapado a su tierra natal, República Dominicana, o incluso Nicaragua. Sin embargo, también se ha planteado la posibilidad de que hayan regresado a Cuba, una decisión que podría complicar su proceso de búsqueda y captura.
Es importante destacar que su rastro se perdió en 2008, cuando se informó que las autoridades cubanas habían arrestado a los hermanos Benítez. Sin embargo, no se sabía con certeza si Estados Unidos buscaría negociar su entrega. Los hermanos habrían viajado con sus pasaportes cubanos desde Florida hasta República Dominicana y finalmente a Cuba.
