Un impresionante accidente en la ciudad de Sagua la Grande, Villa Clara, puso en evidencia el lamentable estado de las calles cubanas. Un camión estuvo a punto de ser tragado por un enorme bache en la calle Martha Abreu, entre Céspedes y Solís. Afortunadamente, no hubo víctimas ni lesionados, pero las imágenes compartidas en redes sociales hablan por sí solas del peligro que representan estos cráteres urbanos.
Los comentarios en la publicación no se hicieron esperar, calificando el bache como «el padre de todos los baches» en la isla. Otros compararon la escena con un pozo de agua o incluso el hueco de un supuesto terremoto. Sin embargo, más allá de las bromas, este incidente pone de relieve la grave situación de las carreteras cubanas y los riesgos que enfrentan los conductores y peatones en su día a día.
La falta de mantenimiento y la creciente degradación de las vías en Cuba han llevado a un aumento preocupante de los accidentes de tránsito. La incapacidad del gobierno para frenar este deterioro se ha vuelto evidente, y los ciudadanos pagan el precio con su seguridad.
El caso del conductor en Centro Habana, quien a pesar de su pericia no pudo evitar caer continuamente en los baches de la calle Neptuno, es un ejemplo más de la situación alarmante. La infraestructura vial precaria y los peligrosos baches están poniendo en riesgo la vida de los cubanos y afectando la prestación de servicios esenciales.
En medio de este panorama, el Ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, reconoció ante la Comisión de Atención a los Servicios del Parlamento cubano que el gobierno no ha logrado frenar el ritmo de deterioro de las carreteras, que empeora año tras año.
Los accidentes causados por el mal estado de las calles se han vuelto cada vez más frecuentes y peligrosos, llegando incluso a cobrar vidas humanas. La falta de inversión y mantenimiento en la infraestructura vial ha llevado a que algunos baches sean tan grandes que han atrapado vehículos enteros.