El pasado fin de semana, los padres cubanos expresaron su indignación ante los elevados precios que caracterizan al recientemente reinaugurado Jalisco Park en El Vedado. Las redes sociales, especialmente el grupo de Facebook «Madres cubanas en Cuba y por el Mundo», se llenaron de publicaciones destacando las exorbitantes tarifas de las ofertas gastronómicas y las atracciones para los niños en este parque.
Una de las internautas, Lorlety Jimenez Echaniz, compartió su preocupación al escribir: «Me imagino que hay que ir con 20 mil pesos porque entre los aparatos que son a 30 y 50 me quedo loca, ahorita ya hasta para sentarse en el muro del malecón hay que llevar un banco, después dicen que el cubano es inconforme y no señores es poner los pies en el suelo y pensar e imaginar que hay muchos padres que no podrán llevar a sus hijos».
Los precios de las comidas también fueron objeto de críticas, ya que los entrepanes oscilaban entre 450 y 600 pesos, mientras que las pastas iban desde los 500 (espaguetis napolitanos) hasta los 750 pesos (carbonara). Lo más asequible en el menú era un pancito con jamón y queso por 220 pesos, un chicharrón al viento por 250, y una bola de helado en pote o en cono por 280 pesos. Incluso una bolsa de papitas podía alcanzar los 380 pesos y una de galletas, 120.
Es relevante mencionar que cada plato lleva nombres relacionados con muñequitos de la televisión cubana, aparentemente con la intención de ser graciosos. Sin embargo, esta ocurrencia no fue bien recibida, y muchos padres manifestaron su descontento al observar las caras de los poquísimos clientes en el área gastronómica. «Qué chiste va a haber, si estos precios son irrespetuosos», lamentaba una madre que solo pudo comprar una bola de helado para ella y su familia.
El Jalisco Park generó polémica desde su reapertura, primero debido a los escandalosos precios de entrada que aplicaban tanto a niños como a adultos acompañantes. Después de la protesta generalizada, se retractaron y decidieron solo cobrar la entrada a los adultos. Sin embargo, las quejas continúan, ya que ahora se revelan los precios abusivos en la oferta gastronómica. Parece que la estrategia es atraer a las familias al ofrecer entrada gratuita para niños sin amparo familiar una vez a la semana, pero una vez adentro, se ven atrapados en una trampa donde los gastos se acumulan rápidamente.
Otra queja recurrente fue la lentitud del servicio en el parque, lo cual contrasta con la eficacia que se encuentra en otros negocios privados de la capital. Las filas para ingresar o comprar chapillas (utilizadas para disfrutar de diferentes atracciones) eran extensas y desesperantes, recordando las colas típicas de otros servicios públicos.
La cantidad de empleados también fue objeto de comentarios, especialmente en cuanto a su actitud poco entusiasta y desganada. Los de seguridad, con rostros malencarados, vestían pulóver negro, mientras que el resto de los empleados llevaban uniformes con el nombre de Elpidio Valdés, el personaje predominante del nuevo Jalisco Park. Esta falta de entusiasmo por parte del personal contrasta nuevamente con la dedicación y atención al cliente que se espera en los negocios privados.