Una madre cubana ha alzado su voz para denunciar los requisitos injustos y difíciles que enfrentan las mujeres que desean trabajar en establecimientos particulares de venta de pan y dulces en La Habana.
Según la publicación compartida en el perfil de Facebook «Madres cubanas por un mundo mejor», se requiere que las solicitantes sean mujeres mayores de 25 años con buena presencia y modales, y no tener hijos menores de 10 años. Además, deben residir en los municipios de 10 de Octubre o Arroyo Naranjo y demostrar disponibilidad y ganas de trabajar.
La usuaria, Estafani Gutiérrez, compartió su propia experiencia como madre buscando trabajo. Desde que su bebé cumplió nueve meses, ha estado buscando trabajo y un lugar seguro para que cuiden a su pequeña mientras trabaja.
Sin embargo, ha enfrentado dificultades, ya que muchos lugares de cuidado infantil no tienen plazas disponibles. Además, su horario limitado de ocho de la mañana a cuatro de la tarde dificulta aún más la búsqueda de empleo particular.
La joven madre también expresó su frustración por las exigencias absurdas impuestas por algunos empleadores. Muchos de estos requisitos excluyen a las madres con hijos pequeños y limitan sus oportunidades de encontrar empleo. Se pregunta si las madres con niños pequeños no tienen derecho a trabajar y cómo podrán mantener a sus hijos si no se les brinda una oportunidad justa.
La situación también fue compartida por otras madres en los comentarios. Una usuaria compartió cómo tuvo que aceptar un trabajo en un bar desde las nueve de la noche hasta las seis de la mañana para poder cuidar a sus hijos durante el día. Esto ha llevado a la falta de descanso y a una gran carga laboral para ella.
Otra madre compartió cómo, además de pagar por el cuidado de sus hijos, también debe pagar a otra persona para que cuide a su hijo hasta que regrese del trabajo. Esto se suma a la dificultad de encontrar un trabajo que pague lo suficiente para cubrir todas estas necesidades.
La situación plantea un dilema para las madres trabajadoras en La Habana, ya que el Estado ofrece horarios más cómodos pero salarios bajos, mientras que los empleadores particulares pueden ofrecer salarios más altos pero horarios más difíciles. Esto deja a las madres en una posición complicada, tratando de encontrar un equilibrio entre sus responsabilidades familiares y sus necesidades económicas.