En la isla caribeña, la situación del bienestar del pueblo parece importar cada vez menos al régimen, como lo demuestran las escenas impactantes que circulan en las redes sociales.
En los mercados, la población se enfrenta a la oferta de “carne” que en realidad son patas de res y pesuñas, infestadas de moscas y sin ningún tipo de refrigeración. Esta “opción” es lo que queda para alimentar a sus familias debido a la escasez de carne y los altos precios impuestos por el régimen.
En Sancti Spíritus, una libra de huesos se vende a 200 pesos cubanos y la de pellejo a 400 pesos cubanos. Las imágenes compartidas por Cubanos por el Mundo muestran que una persona pagó 4 mil pesos cubanos por una cantidad de carne que ni siquiera se acerca a lo suficiente. Este valor supera el sueldo promedio de un ciudadano común.
La desigualdad es evidente, mientras el pueblo solo recibe huesos y restos de carne, la élite del régimen disfruta de los mejores manjares. El contraste es doloroso y refleja la falta de consideración del gobierno por el bienestar de su propio pueblo.
En un video grabado en la provincia de Las Tunas, se muestra cómo un camión sin refrigeración alguna distribuye costillares de res sin carne, dejando a los ciudadanos con una opción precaria y poco apetitosa para su alimentación.
La escasez de carne y las condiciones precarias en que se ofrece están llevando a los cubanos a enfrentar una situación desesperante. La falta de acceso a alimentos básicos y saludables afecta directamente la calidad de vida de la población, mientras el régimen parece mostrar indiferencia ante sus necesidades más fundamentales.
Esta situación refleja la triste realidad de un país que enfrenta desafíos económicos y políticos. Mientras tanto, la esperanza de una vida mejor y más justa para el pueblo cubano sigue siendo un deseo lejano. La lucha por un futuro más próspero y digno para todos continúa, pero es evidente que se necesitan cambios significativos en el sistema para que esto sea posible.