Hoy, 29 de julio, se lamenta la partida de un ícono de la música cubana y la percusión afrocubana: Jesús María Abreu Hernández, conocido como Jesús Abreu, último miembro vivo y fundador de la legendaria agrupación Los Papines. Su deceso ocurrió en Canarias, donde se encontraba trabajando, dejando un profundo vacío en la escena musical.
Jesús Abreu vio la luz por primera vez en La Habana el 14 de marzo de 1945. Desde temprana edad, abrazó con pasión y dedicación la rumba cubana, sus elementos y tradiciones. Inició su carrera artística en diversas agrupaciones que lo llevaron a participar en prestigiosos centros nocturnos de la capital, como los famosos cabarets Tropicana y Parisién. Junto a sus hermanos, dio vida al Conjunto “Los Papines”, una referencia inigualable en el ámbito de la percusión afrocubana y afrocaribeña, tanto dentro como fuera de Cuba.
A lo largo de su vida, Jesús Abreu estuvo vinculado con la enseñanza artística, dejando una huella imborrable como profesor en la Escuela Nacional de Arte. Además, lideró la nueva generación de Los Papines, reuniendo a jóvenes talentosos que mantienen viva la esencia de este legado familiar con autenticidad y pasión, honrando una tradición que abarca más de cinco décadas.
Jesús Abreu fue un ferviente promotor y difusor de las raíces y ritmos cubanos, siendo reconocido con la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla “Alejo Carpentier” y la Distinción “Raúl Gómez García”. Su amor por la música y su invaluable contribución a la cultura cubana le valieron un lugar destacado en la historia musical de la isla.