Desde La Habana, el abuelo Cesáreo Navas Morlanes compartió su angustia y hambre, sin movimiento en la cocina y sin agua desde ayer. En medio de esta situación, recordó con nostalgia los deliciosos platos de su infancia en Camagüey, un pasado lleno de sabores que contrasta con la difícil realidad presente.
La lista de platillos que saboreó virtualmente incluía el famoso ajiaco, el apetecible matajíbaro, el tradicional tasajo con boniato hervido, el exquisito plato de montería y el potente bistec de carne de caballo. Entre los postres, las torrejas, el dulce de cascos de toronjas con queso y la natilla quemada con azúcar, entre otros.
El abuelo lamentó no poder incluir el arroz en su lista debido a su alto costo y la falta de recursos. La dura realidad del cubano sin agua y en medio de la crisis es una lucha constante.
La publicación generó diversas opiniones de cubanos, quienes expresaron su solidaridad y dolor por la situación que viven los jubilados y la población en general. La crisis en el país y el abandono de los más vulnerables son temas que preocupan y conmueven.
Una persona desde Estados Unidos compartió el pesar por la situación y recordó las vicisitudes que vivió su familia mientras estuvieron en Cuba. Otros hablaron sobre cómo en épocas pasadas, como la República, las condiciones eran muy diferentes y las necesidades básicas eran más accesibles.
El recuerdo de los discursos de Fidel Castro, prometiendo una vejez digna para los ancianos y leche para los niños, contrasta con la actual escasez generalizada de productos básicos, lo que hace que muchos cuestionen la realidad actual y recuerden una época pasada que, en su memoria, era más próspera.