El Gobierno de Matanzas ha anunciado la autorización de la venta de productos normados para diversos grupos etarios, incluyendo niños con bajo peso, embarazadas y ancianos. Entre los productos destacados se encuentran una barra de tamarindo para niños mal nutridos y raspadura de guarapo para niños de 7 a 13 años.
También se ofrecen módulos de productos elaborados con harina para embarazadas, y un cartón de huevos de codorniz para aquellos con cirrosis hepática. Además, se reservan productos específicos para niños diabéticos, celíacos y personas con insuficiencia renal o SIDA.
Sin embargo, la disponibilidad de estos alimentos está limitada, y se espera que durante las primeras rondas de distribución no todos los núcleos de la población puedan beneficiarse. Las autoridades han asegurado que se realizará un control riguroso a través de la libreta, y quienes no alcancen en la primera ronda serán atendidos en las próximas.
La noticia ha generado indignación en las redes sociales, con muchos expresando su preocupación por la escasez de alimentos en la provincia y cuestionando las decisiones del gobierno. La población señala que la situación de hambre afecta a todos, incluyendo a los jubilados que apenas pueden subsistir con el salario mínimo.
La preocupación también se centra en la calidad y efecto de los alimentos ofrecidos. Se critica que los niños mal nutridos y embarazadas reciban productos con alto contenido de harina, lo que podría tener efectos negativos en su salud. Además, la venta de ron y azúcar también ha sido objeto de críticas, ya que se teme que pueda contribuir a problemas de salud como la diabetes.
Es esencial que las autoridades tomen en cuenta las preocupaciones y reacciones de la población y trabajen para garantizar una distribución equitativa de alimentos de calidad. La prioridad debe ser asegurar el bienestar y la salud de todos los ciudadanos, especialmente de los grupos más vulnerables.