El ministro de Energía y Minas de Cuba, Vicente de la O Levy, ha confirmado que dos patanas turcas de generación eléctrica han abandonado recientemente el país, dejando un déficit de 170 megavatios (MW) en la producción de energía. Estas patanas se habían contratado para apoyar las viejas plantas termoeléctricas del país, que sufren problemas de avería y mantenimiento.
En abril pasado, Cuba llegó a contar con ocho patanas de generación contratadas a la empresa turca Karadeniz Holding, y el ministro afirmó que esta decisión había sido el «mejor negocio que se hizo».
Aunque durante el primer semestre se logró aumentar la generación de Energas a más de 300 MW, gracias a la terminación de dos pozos de gas, aún persisten dificultades para acceder al gas licuado de petróleo para la cocción de alimentos.
Las acciones de reparación en algunas termoeléctricas han ayudado a reducir la duración de los apagones en comparación con años anteriores, pero siguen las tensiones debido a la disponibilidad de combustible importado y problemas logísticos en la distribución.
Según una nota oficial de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), se espera una disponibilidad de 3.113 MW para el horario pico del 23 de julio, con una demanda máxima de 3.000 MW y una reserva de 113 MW.
A pesar de estas proyecciones, el país enfrenta desafíos en su capacidad de generación eléctrica, lo que podría afectar el servicio en el futuro si no se toman medidas para abordar el déficit de energía.
La salida de las patanas turcas ha dejado una brecha en la producción de energía en Cuba, lo que se suma a los problemas existentes en el acceso a combustible y la logística de distribución.