En el Aeropuerto Internacional “Frank País” de Holguín, tres cubanos fueron detenidos por la Aduana cuando intentaban entrar a Cuba con un cargamento de 6.980 tabletas de tramadol, un analgésico que está explícitamente mencionado en la lista de medicamentos controlados por el Ministerio de Salud Pública (Minsap).
Según informaciones proporcionadas por el perfil de Facebook “Cazador-Cazado”, vinculado al Ministerio del Interior (Minint), los tres individuos llegaron a Holguín desde México y pretendían aprovechar las flexibilizaciones vigentes hasta el 31 de diciembre de 2023 para importar medicamentos, artículos de aseo y alimentos.
Los detenidos fueron identificados como Marisleydis Rodríguez Tamayo y Dianny Peña Sánchez, ambas residentes de la provincia de Granma, y Alejandro Rojas Espinosa, nativo de Holguín.
El tramadol es un analgésico utilizado para aliviar el dolor moderado a severo. Perteneciente a la clase de medicamentos conocidos como opioides, actúa en el sistema nervioso central para disminuir la percepción del dolor. Por esta razón, algunas autoridades sanitarias consideran al tramadol como una droga y regulan su uso solo bajo prescripción médica, debido a su potencial de crear dependencia y adicción.
La publicación afín al Minint describió el operativo de detección en la Aduana de Holguín como una acción contra el narcotráfico.
Entre los efectos secundarios comunes del tramadol se encuentran las náuseas, vómitos, mareos, somnolencia, estreñimiento y dificultad para respirar en dosis altas. Además, puede interactuar con otros medicamentos y causar problemas de salud si se combina con ciertas sustancias.
Es importante destacar que Cuba enfrenta una grave escasez de medicamentos, incluso aquellos considerados esenciales como la dipirona y la aspirina. Según las autoridades sanitarias, el cuadro básico de medicamentos tiene una escasez del 40%, incluyendo fármacos utilizados en tratamientos oncológicos y enfermedades cardíacas.
Ante la falta de medicamentos, muchos cubanos se ven obligados a recurrir al mercado negro, donde las medicinas importadas se venden a precios exorbitantes debido a la inflación y la elevada tasa de cambio entre divisas internacionales y el peso cubano. Esta situación también conlleva el riesgo de adquirir medicamentos falsificados, lo que representa una amenaza para la salud de los pacientes.
Cabe mencionar que existen regulaciones estrictas sobre los medicamentos que se pueden importar a Cuba. Entre ellos se encuentran las drogas estupefacientes, psicotrópicas, precursores y sustancias relacionadas, así como hemoderivados, vacunas humanas, antisueros y radioisótopos para uso de diagnóstico o terapéutico.