El reconocido músico argentino, Fito Páez, ha expresado su descontento con la situación ocurrida en Cuba respecto a su documental «La Habana de Fito», realizado por el cineasta cubano Juan Pin Vilar. El documental fue objeto de controversia y censura por parte del régimen cubano, lo que generó una reacción enérgica de la comunidad cinematográfica del país.
Fito Páez estuvo atento a lo que sucedió con su documental desde el principio, cuando las proyecciones programadas fueron suspendidas sin explicación alguna. Posteriormente, el documental fue emitido por la televisión cubana, pero con advertencias previas y un panel crítico, lo que causó un malestar generalizado.
El músico explicó que Cuba cuenta con una ley que prohíbe hablar en contra del régimen, lo que limitó su capacidad para expresarse libremente en su documental. Además, denunció que el régimen manipuló la situación al emitir el documental sin el consentimiento del director y sin establecer un debate previo.
“Hay una ley en Cuba que no permite hablar en contra del régimen. Él (mi manager) le dice (al viceministro) que cómo le vamos a asegurar a Fito de decir lo que quiere si está esta ley, y decidimos no hacerlo (no proyectar el documental) en esas condiciones”.
La reacción de más de un centenar de cineastas cubanos fue enérgica, y la Asamblea de Cineastas Cubanos se reunió con funcionarios del Ministerio de Cultura y miembros del Partido Comunista para expresar su desacuerdo con la manipulación del documental. Un manifiesto con más de 600 firmas, incluyendo las de destacados cineastas como Fernando Pérez y el actor Jorge Perugorría, cuestionó la falta de ética de las autoridades culturales.
El director del documental, Juan Pin Vilar, dejó claro que no autorizó la transmisión televisiva y denunció que lo que se emitió fue una copia robada y no el corte definitivo del filme.
La situación se complicó aún más cuando el régimen intentó relativizar el contenido del documental y acusó a Fito Páez de ser manipulado. El artista aclaró que solo expresó dos cuestionamientos en su documental: uno sobre la muerte de Camilo Cienfuegos y otro sobre los fusilamientos de balseros en 2003. Él defiende su derecho a cuestionar estos temas y se muestra como amigo del pueblo cubano, no del régimen.
“Uno fue sobre la muerte de Camilo Cienfuegos [N.de la R: uno de los principales jefes de la Revolución Cubana que murió el mismo año del triunfo -1959- en un accidente de aviación]. En una discusión que yo tengo con la juventud comunista les digo ‘muchachos, tienen que investigar esto’. No podés repetir la letra de todo lo que te dicen si no tenés pruebas empíricas”, explica Fito Páez, sobre esa muerte que siempre quedó rodeada de sospechas..
“El otro episodio -agrega- fueron los tres fusilamientos (de balseros) en 2003 que fueron fusilados a los 9 días de ser detenidos. Yo me pronuncio contra la pena de muerte, no le tengo que pedir permiso a nadie”.
El artista puso énfasis en aclarar: “Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias. Intentar acusarme o considerarme una persona manipulable habla de lo poco que me conocen y es una falta de respeto. Aquí Juan Pin no ejerció ninguna manipulación porque yo no soy manipulable y tengo mis ideas clarísimas y puedo tener los cuestionamientos que quiera respecto de lo que sea”.
Fito Páez destacó la importancia de buscar nuevas formas y soluciones para los problemas en Cuba después de más de 64 años de castrismo.
“Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloque norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar. A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba pero la burocracia cubana no es Cuba. En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.
También elogió la reacción de los artistas cubanos frente a la situación y mencionó la decepción de muchos que antes adhirieron a la revolución.
“Cuánta gente que adhirió a la revolución se siente hoy defraudada en su fuero íntimo y eso también es un dolor y una tragedia porque la gente ha confiado. Siempre estuve del lado de Pablito Milanés, peleándose con todos los burócratas”.
El músico llamó la atención sobre la diferencia entre la burocracia cubana y el verdadero pueblo cubano, instando a buscar soluciones más inteligentes para el país.