En una reciente declaración, el ministro presidente del Banco Central de Cuba (BCC), Joaquín Alonso Vázquez, ha dado a conocer una preocupante situación en el país. Desde 2020, los cubanos han retirado más de 1000 millones de pesos que no han sido reintegrados a las entidades bancarias locales. Este fenómeno ha sido un proceso continuo que ha generado un aumento en el déficit fiscal.
De acuerdo con el funcionario, el dinero que ha salido del BCC se debe a extracciones de salarios y cuentas de actores económicos para la compra de mercancías, pero no ha regresado debido a la falta de acreditación después de realizar un proceso comercial. Esta situación ha afectado la confianza de la población y los actores económicos en las instituciones bancarias del país.
“Ese efectivo que salió del BCC por la vía de extracción de salarios, extracciones de cuentas de actores económicos para comprar mercancías, pero no regresó. No lo hizo porque no hubo una acreditación después de realizar un proceso comercial”, puntualizó sobre este problema.
El proceso de fuga de efectivo ha sido influenciado por diversos factores, siendo uno de ellos el déficit de oferta de bienes y servicios en la isla. Sin embargo, el ministro subrayó la necesidad de transparentar las finanzas para evitar que el dinero en efectivo que se queda fuera del banco sea utilizado para actividades no ortodoxas.
Para abordar esta situación, se propone un proceso de bancarización de las transacciones para que los cobros y pagos entre la población y los actores económicos se realicen utilizando los instrumentos de crédito existentes, como cheques y cartas de crédito.
El ministro Alonso Vázquez enfatizó la importancia de integrar la política fiscal con la política monetaria y crediticia. Afirmó que transparentar las finanzas es crucial para resolver los desafíos relacionados con la bancarización y mejorar la economía del país.
En este sentido, se están potenciando los canales electrónicos de pago, lo que incluye estímulos como descuentos para aquellos que opten por el pago de servicios mediante tarjeta. No obstante, el éxito de estas medidas dependerá en gran medida del crecimiento de la economía y el aumento de la producción.
La bancarización se vislumbra como una vía para restaurar la confianza en el sistema financiero y mejorar la seguridad de las transacciones. El proceso busca fortalecer la relación entre la población y los actores económicos, facilitando los cobros y pagos de manera más segura y eficiente.