Prestigiosos economistas cubanos, Mauricio de Miranda y Pedro Monreal, analizan las recientes declaraciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) sobre el mal estado de las finanzas del país.
De acuerdo con los expertos, las causas del colapso económico radican en un sistema que nunca ha funcionado correctamente, y proponen la creación de un mercado transparente y la eliminación de estructuras burocráticas para superar la crisis. Sin embargo, la triste realidad es que la solución está en manos de los dirigentes comunistas, mientras el pueblo carece de alternativas.
Los economistas expresan su sorpresa y preocupación ante los debates y explicaciones de la ANPP, considerando que el país sigue centrado en resoluciones y comisiones, en lugar de permitir que el mercado regule la demanda y oferta de bienes y servicios.
De Miranda destaca la importancia de crear condiciones para un mercado transparente y eliminar las estructuras burocráticas que limitan la eficiencia económica. Además, propone la creación de un mercado mayorista de insumos para mejorar la productividad y modernizar la actividad agrícola, así como la eliminación de monopolios estatales.
Por su parte, Pedro Monreal califica las cifras anunciadas en la ANPP como «funestas» y critica el «ordenamiento monetario», que ha tenido efectos negativos sobre los salarios y el empobrecimiento de la población. Para Monreal, la solución radica en desarrollar una agricultura privada moderna y enfrentar la crisis alimentaria a través de transformaciones en el mercado laboral.
A pesar de las recomendaciones de los economistas, la triste realidad es que el futuro de Cuba sigue en manos de los dirigentes comunistas, y la falta de alternativas viables hace que las soluciones a la crisis sean inciertas. Las medidas adoptadas hasta ahora no han logrado resolver los problemas económicos del país, y la población sigue enfrentando dificultades para subsistir.
Es evidente que la crisis cubana es multifactorial, y aunque los economistas ofrecen soluciones claras y con fundamentos, su implementación depende de la voluntad política de las autoridades. Mientras tanto, la población continúa sufriendo las consecuencias de una economía inestable y un sistema que no ha sabido responder a sus necesidades.
Para que Cuba pueda superar esta crisis y mejorar su economía, será necesario un cambio profundo en las políticas y en la forma de gestionar los recursos. La creación de un mercado transparente y competitivo, junto con la promoción de una agricultura moderna y el fomento del empleo, son aspectos clave para alcanzar una verdadera recuperación económica.