El pasado sábado, se encontró sin vida a Moisés Ricardo Zayas, un campesino cubano de 64 años, en su propiedad en Mayarí, provincia de Holguín. Según denuncias de sus familiares, el fallecimiento estaría vinculado a un asesinato perpetrado tras el robo de su ganado.
El trágico suceso ocurrió en la zona del kilómetro 27, en la localidad de Guaro, en el municipio holguinero. Aunque la Policía sostiene que se trató de un suicidio, sus familiares discrepan con esta versión y exigen una investigación adecuada y responsable.
Rosalba Ricardo, prima del occiso, manifestó su descontento con la versión oficial de la Policía en una publicación en su perfil de Facebook. «No me interesa la publicidad de tan lamentable suceso, sino que se investigue adecuadamente, con responsabilidad y profesionalismo», expresó.
En los comentarios de la publicación, Rosalba reveló que su primo presentaba moretones de golpes y que le habían robado sus bueyes y una vaca. A pesar de esto, las autoridades mantuvieron la versión del suicidio, alegando que él se ahorcó porque estaba bajo los efectos del alcohol.
Sin embargo, los vecinos y la familia de la víctima tienen fuertes sospechas de que se trata de un asesinato relacionado con el robo de sus animales. Rosalba y otros residentes de la comunidad exigen que se investigue a fondo y se encarcele a los responsables para que no se sientan impunes.
Ante la presión de los familiares y la comunidad, las autoridades decidieron retomar la investigación de los hechos y han llevado a especialistas en Criminalística para realizar las pericias correspondientes. Además, se ha planificado la exhumación del cadáver para una revisión forense.
Este caso se enmarca en una preocupante escalada de violencia y delitos en Cuba, que ha incluido un aumento en el hurto y sacrificio ilegal de reses. Los campesinos cubanos han sido víctimas frecuentes de robos en sus propiedades y están en peligro mientras protegen sus animales y cultivos.
En 2022, según datos del Ministerio de la Agricultura (MINAG), se sacrificaron ilegalmente 82,445 reses, incluyendo 45,315 vacas y 37,130 caballos, lo que ha generado un grave problema para la seguridad y el bienestar de los campesinos y sus familias.