Según cifras oficiales, un total de 361 robos con fuerza han ocurrido en las bodegas cubanas hasta mayo, lo que plantea una seria preocupación sobre la seguridad y el acceso a productos básicos en el país.
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior, dio a conocer estos datos durante una sesión de las comisiones permanentes de trabajo del Parlamento cubano. Aunque la cifra ha disminuido en 66 casos en comparación con el cierre del año 2022, el robo ha aumentado en provincias como Pinar del Río, Matanzas, Sancti Spíritus, Camagüey, Las Tunas y Holguín.
Los productos más afectados por estos robos son aquellos de alta demanda y necesidad básica para la población, como el arroz, frijoles, leche en polvo, café, aceite vegetal refinado, azúcar, jabones y cigarros.
La ministra abordó la situación con un lenguaje cargado de eufemismos, común en los dirigentes cubanos, al mencionar que se trabaja con «mayor profundidad y exigencia en el análisis y concreción de las causas y condiciones que propician los hechos». Sin embargo, no se hizo referencia a la creciente ola de delincuencia que afecta a los cubanos, quienes están atravesando una profunda crisis económica.
Los informes de robos en bodegas son frecuentes en Cuba y, lamentablemente, se están convirtiendo en una preocupación constante para la población. La pasada semana se dio a conocer la noticia de dos robos en bodegas en Granma, y a principios de julio, tres sujetos robaron una bodega en la localidad cienfueguera de Aguada de Pasajeros, llevándose los alimentos de la canasta básica normada.