El pasado lunes, un grupo de al menos veinte madres cubanas en La Habana intentó llevar a cabo una protesta pacífica en la Plaza de la Revolución para reclamar sus derechos y denunciar las privaciones y abusos que ellas y sus hijos enfrentan. Sin embargo, la Seguridad del Estado disolvió rápidamente el intento de manifestación.
Las mujeres, organizadas a través de un grupo de WhatsApp, planeaban reunirse frente a la Biblioteca Nacional y caminar un kilómetro hasta el memorial José Martí para llevar adelante su reclamo. Su objetivo era hacer un llamado a nivel nacional, tratando de contactar a madres de otras partes del país para que se unieran a su causa.
Lamentablemente, la policía política cubana rastreó a las mujeres en menos de 48 horas a través de sus números de teléfono y las intimidó visitando sus hogares. Un oficial mostró su carné de la Dirección de Inteligencia a una de las madres, advirtiéndole que no saliera el lunes y dejándole claro que sabía por qué él estaba allí. Otras madres confirmaron que también fueron visitadas por la Seguridad del Estado para intimidarlas.
Una madre en Guanabacoa compartió su experiencia, revelando que todas las mamás del grupo fueron intimidadas en sus casas. La administradora del grupo enfrentó una situación aún más preocupante, ya que la citaron en la Policía de su municipio y la amenazaron con procesarla por abrir un grupo de manifestantes, lo que según ellos constituía un delito penal.
Las madres estaban motivadas para protestar debido a un problema crítico en el suministro de leche para sus hijos. Recientemente, se les notificó en las bodegas que solo los menores de seis meses recibirían leche en polvo entera («la amarilla»), mientras que los mayores de esa edad tendrían acceso a la leche sin grasa («la blanca») que se receta para las personas diabéticas en Cuba.
Sin embargo, algunas madres han compartido que esta leche destinada a diabéticos ha causado problemas de salud a sus hijos, como vómitos y diarreas, e incluso algunos niños la rechazan por completo y no están recibiendo la alimentación adecuada.
A pesar de las dificultades, estas madres se unieron para luchar por el bienestar de sus hijos y exigir la leche adecuada para su edad. Sin embargo, la intervención de la Seguridad del Estado frustró sus planes y demostró el control y la represión del gobierno en medio de la lucha por sus derechos.
Esta triste situación es un recordatorio de las difíciles condiciones que enfrentan muchas familias en Cuba y cómo las voces de quienes intentan manifestarse por un cambio se encuentran con obstáculos y represión. La lucha por el bienestar y la justicia para los niños y las familias cubanas continúa en medio de la adversidad.