El Acuario Nacional de Cuba enfrenta denuncias por parte de madres cubanas, quienes han revelado las precarias condiciones en las que viven los peces y los altos precios de la comida en el lugar, lo que resulta inaccesible para muchas familias.
Antiguamente, el acuario era una de las atracciones favoritas de los niños durante el verano, pero en la actualidad las condiciones del lugar dejan mucho que desear. Una publicación en el grupo «Madres cubanas en Cuba y por el mundo» puso de manifiesto esta situación, señalando la escasa variedad de fauna y los exorbitantes precios de la comida.
La internauta Aranay Batista escribió: «Pizzas entre 250 y 400. Espaguetis 500. Lasaña 740. Refrescos 150, 200 y 200 (lata y pomo). Sandwich entre 150 y 350 más o menos. Confituras al precio de la calle». Estos precios desorbitados han generado indignación entre los visitantes.
El post de Batista abrió paso a que otras madres denunciaran las condiciones del acuario. Una madre reveló en los comentarios que hay menos de 10 tortugas en el recinto, leones marinos que parecen tener calor y un cocodrilo sin agua ni espacio para moverse. Otros testimonios destacaron la presencia de delfines, tiburones y la falta de condiciones adecuadas para los animales.
El descontento de una madre se hizo más evidente cuando descubrió que un paquete de «chicoticos» tenía un precio de 500 pesos, mientras que en un restaurante las pizzas, que supuestamente costaban 250, se vendían a 400, y los espaguetis a 500 CUP.
A pesar de todo, la internauta concluyó en sus comentarios: «A pesar de todo, mamis, la pasé bien porque las madres somos felices viéndolos felices a ellos. Actualmente, si nos enfocamos en los precios y en encontrar un buen lugar, nunca sacaremos a nuestros niños de ese sufrimiento».
El año pasado, los defensores de los animales en Cuba exigieron el cierre del Acuario Nacional después de que varias especies murieran debido a la falta de comida y condiciones adecuadas para tratar sus enfermedades. También demandaron el cierre del Zoológico Nacional, donde los animales enfrentan una situación similar de hambre y enfermedades.
En el acuario, el león marino llamado «Jocker» murió de hambre. De una población de 13 leones marinos en 2015, actualmente solo quedan dos vivos, lo que demuestra un notable deterioro en las condiciones de vida de los animales.