El Ministerio de Agricultura de Cuba ha tomado la decisión de explorar una nueva alternativa alimentaria para la población cubana dentro de su programa avícola. Se trata de la cría de patos pekineses, una iniciativa que pretende impulsar la producción de carne de ave en el país. Según un informe de la agencia oficial Prensa Latina, la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, ubicada en la provincia de Sancti Spíritus, ha recibido un lote inicial de 5.000 patos de raza Pekín para su desarrollo.
El director pecuario de la entidad estatal, José Luis García, ha anunciado que se esperan recibir otras 15.000 crías en los próximos días, las cuales serán distribuidas en las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) de Peralejo, Las Nuevas, El Cedro y Sur del Jíbaro. Estas unidades cuentan con las condiciones necesarias para el pastoreo y el cuidado nocturno de los patos en corraletas móviles.
Expertos citados por Prensa Latina señalan que el pato pekinés, originario de Canadá y presente en Cuba desde hace más de 35 años, ha sido seleccionado por su rápido crecimiento y adaptabilidad a diversas condiciones. Estas aves se crían en espacios abiertos y se alimentan de granos que quedan en el suelo después de las cosechas, así como de semillas de plantas silvestres.
En aproximadamente 70 días, los patos pekineses alcanzan un peso comercial de entre 2,2 y 2,3 kilogramos, con una tasa mínima de mortalidad. Sin embargo, el informe no explica por qué esta especie no ha sido promovida antes en el país, a pesar de llevar más de tres décadas en la Isla y presentar ventajas significativas en su crianza.
El primer lote de patos pekineses llegó a Cuba desde una planta incubadora en Matanzas, mientras que el resto proviene de diferentes entidades, la mayoría de la Unidad Empresarial de Base Planta de Incubación Eduardo García Lavandero, conocida como El Porvenir, ubicada en Artemisa.
Este nuevo enfoque en la cría de patos surge en un contexto en el que la producción de pollo en Cuba no ha sido suficiente para satisfacer la demanda nacional. En octubre de 2019, funcionarios cubanos anunciaron que se había iniciado una producción incipiente de pollo en todas las provincias del país, con una cifra de producción de 1.098 toneladas ese año. Sin embargo, esta cantidad es considerablemente inferior a las aproximadamente 300.000 toneladas de pollo que el Gobierno cubano importa anualmente.
En aquel momento, las autoridades mencionaron la inversión extranjera en cuatro negocios ubicados en las provincias de Mayabeque, Pinar del Río y Artemisa, en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, que tenían como objetivo producir alrededor de 100.000 toneladas de pollo para reducir las importaciones. No obstante, los resultados de estos esfuerzos no han sido concluyentes, y actualmente la demanda de pollo en la Isla sigue siendo alta, lo que se traduce en imágenes de cubanos haciendo largas filas para adquirir el producto. Además, el pollo se encuentra mayormente disponible a través de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES), con precios casi prohibitivos.
A pesar de los intentos por fomentar la producción nacional, las importaciones de carne de pollo siguen siendo fundamentalmente provenientes de Estados Unidos. Según el economista Pedro Monreal, las exportaciones de pollo de Estados Unidos a Cuba registraron un aumento del 33% en valor y del 62,4% en toneladas en mayo de 2023, consolidando a Estados Unidos como el principal proveedor de este producto para la Isla.
Estos incrementos en las exportaciones de pollo de Estados Unidos a Cuba han corregido un periodo de tres meses consecutivos de disminuciones en ambos indicadores, según indicó Monreal en su cuenta de Twitter. Además, señaló que las exportaciones de pollo estadounidense hacia Cuba muestran una creciente dependencia del país caribeño respecto a este alimento cárnico. El economista también destacó que el valor por kilogramo de pollo exportado por Estados Unidos a Cuba en mayo de 2023 tuvo una caída mensual de 18,3%, lo cual pudo haber favorecido las compras cubanas.
