En una reciente entrevista, Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) de Cuba, ha abordado el tema de las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), negando rotundamente que hayan sido “campos de concentración” y proporcionando una perspectiva histórica sobre su origen y propósito.
Mariela Castro, hija del exdictador Raúl Castro, sostiene que las UMAP no eran más que centros de servicio militar obligatorio, establecidos en respuesta a las agresiones terroristas provenientes de Estados Unidos.
Según su explicación, durante ese periodo, el país se encontraba enfrentando una serie de amenazas externas, y se tomó la decisión de combinar el servicio militar con labores agrícolas y de producción alimentaria, no solo para defender la nación, sino también para contribuir a su desarrollo económico.
La directora del CENESEX destaca que las UMAP no estaban destinadas exclusivamente a las personas LGBT, como se ha sugerido en algunas versiones. Según sus palabras, también se reclutaba a militares que habían sido sancionados por comportamientos inadecuados. En lugar de enviarlos a prisión, se les destinaba a cumplir trabajos forzados como una forma de corrección disciplinaria.
Mariela Castro reconoce que en las décadas de los años 60, 70 y 80 existía una fuerte homofobia en Cuba. Sin embargo, destaca que a partir de 1976, con la creación del Ministerio de Cultura y otras instituciones estatales, se reconoció la inconstitucionalidad de estas prácticas discriminatorias y se prohibieron oficialmente. Este cambio marcó un hito importante en la lucha contra la homofobia en el país.
Es importante comprender que la explicación proporcionada por Mariela Castro es una perspectiva desde dentro de la familia Castro y debe ser considerada dentro del contexto histórico de Cuba. Sin embargo, es fundamental recordar que existen diferentes opiniones y experiencias sobre las UMAP y que este tema sigue siendo objeto de debate y reflexión en la sociedad cubana.