La historia de Doreinis Torres Martínez, una doctora cubana refugiada en Israel, es un verdadero testimonio de perseverancia y éxito. Después de escapar de Cuba, esta valiente mujer se embarcó en un nuevo viaje en Israel, inicialmente trabajando como ama de llaves, pero con determinación y el apoyo de su empleadora, logró ejercer nuevamente la medicina.
La agencia YnetNews relató la historia de esta destacada médica cubana. A los 25 años, Torres Martínez planeó su viaje a Israel en secreto, sin informar a sus padres. Había entablado una relación con un hombre mayor y prolongada, lo que la llevó a considerar a Israel como una opción viable para establecerse y alcanzar sus aspiraciones profesionales.
«Me di cuenta de que no tenía futuro en Cuba. Mis aspiraciones como médico parecían inalcanzables allí. A los 25 años, sin que mis padres lo supieran, organicé mi huida a Israel. En el fondo, sabía que si hubiera confiado en ellos, no me habrían permitido dejarlo todo atrás y embarcarme en este viaje», confesó Torres Martínez.
Después de un arriesgado periplo de cuatro días en el mar, finalmente llegó a las costas de Estados Unidos y más tarde se estableció en Israel. Su travesía estuvo marcada por la angustia y el miedo, ya que tuvo que confiar en contrabandistas y atravesar el mar sin comida ni habilidades básicas de natación. Sin embargo, su valentía y determinación la llevaron a un nuevo comienzo en la tierra prometida.
En Israel, Torres Martínez se convirtió al judaísmo y decidió formar una familia. Aunque enfrentó desafíos, incluyendo la enfermedad de su esposo, trabajó incansablemente y se sometió a tratamientos médicos para poder tener hijos. Actualmente, es una reconocida especialista en medicina familiar y pediátrica.
Administra la Clínica General Lev Shoham cerca de su hogar en Beit Arif, brindando atención médica a la comunidad local. Su pasión por la medicina y su deseo de ayudar a los demás son evidentes en su compromiso diario con sus pacientes. «Elegí la medicina porque deseaba ayudar a los demás y brindar toda la curación que pudiera», expresó Torres Martínez en una entrevista.
A pesar de su éxito en Israel, la doctora nunca ha regresado a Cuba. A diferencia de sus padres, ella no tiene la libertad de visitar su tierra natal debido a las restricciones impuestas por el régimen cubano. Es un recordatorio del sacrificio que implica el exilio y la separación de los seres queridos.
La historia de Doreinis Torres Martínez es solo una de las muchas historias de éxito que han surgido del exilio cubano. Otro ejemplo es el médico cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, quien lamenta no haber dejado Cuba antes, pero ha encontrado una nueva esperanza y oportunidades en Estados Unidos después de emigrar. Estos testimonios demuestran el coraje y la determinación de aquellos que luchan por un futuro mejor fuera de su país de origen.