El emblemático Teatro Karl Marx en La Habana ha estado cerrado al público desde el año 2021 debido a remodelaciones en su interior. Sin embargo, durante este tiempo, se descubrió que el mobiliario, en particular las butacas, ha sido atacado por una plaga de comején. A pesar de los desafíos, se espera que el teatro reabra sus puertas con algunas funciones en el último trimestre del año.
Según Maritza Montes de Oca Deulofeo, directora general del teatro, al momento de su cierre en 2020 debido a las restricciones sanitarias por la pandemia de COVID-19, el teatro contaba con 4,535 butacas disponibles.
Sin embargo, cuando intentaron reabrir a finales del mismo año, descubrieron que alrededor de 900 butacas estaban infestadas de comején y no podían ser utilizadas. Afortunadamente, debido a las medidas de distanciamiento social, el público no se percató de esta situación.
La oscuridad, la tranquilidad y la temperatura del teatro favorecieron el desarrollo de la plaga de comején. Antes de fumigar, se decidió eliminar todas las butacas contaminadas. Aunque algunas butacas aparentemente estaban en buen estado, estaban infestadas de comején. Este problema ha sido una consecuencia de las dificultades económicas en el país, ya que las inversiones necesarias para mantener el teatro en buen estado son costosas y voluminosas.
La dirección del país decidió cerrar temporalmente el teatro para abordar estas cuestiones y realizar 22 acciones constructivas de mantenimiento. Además de la reparación de las butacas, se llevaron a cabo trabajos de reparación en los camerinos, los baños de la platea baja y en las estructuras de madera suspendidas en el aire, conocidas como embellecedores, que también se vieron afectadas por el comején.
Durante el cierre, se reemplazaron las bombas del sistema contra incendios y se realizó el mantenimiento del grupo electrógeno. La cafetería del teatro permanece abierta para recaudar fondos destinados a las remodelaciones. Sin embargo, todas estas acciones han enfrentado dificultades debido a la crisis energética, la escasez de combustible y cemento que afecta al país.
Se espera que el montaje de las nuevas butacas finalice en agosto, pero esto no significa que el teatro se abrirá automáticamente. Será necesario señalizar las butacas, contabilizarlas y elaborar los talonarios correspondientes. Además, la capacidad del teatro puede verse afectada debido a que las nuevas butacas tienen dimensiones diferentes a las anteriores.