En Camagüey, la propagación del dengue se ha convertido en una preocupación creciente. José Luis Tan Estrada, un periodista local, se cuestionó en una publicación de Facebook: «¿Hasta cuándo?» al referirse al alto precio de los repelentes hechos en Cuba, que alcanzan casi los seis dólares en las tiendas en MLC (Moneda Libremente Convertible).
En su denuncia, Estrada señaló la falta de fumigación, la saturación de los hospitales, la escasez de reactivos para realizar análisis y la falta de acciones concretas por parte de las autoridades. Además, expresó su indignación ante el hecho de que el único producto disponible para combatir la plaga de mosquitos sea vendido a un precio exorbitante de 5.83 MLC, que equivaldrían a unos 1137 pesos en el mercado informal.
La marca de repelente mencionada en el post de Estrada es Suchel Camacho. Varios cubanos expresaron su descontento y lamentaron los abusivos precios. Uno de ellos comentó: «Casi seis dólares por esa mierda de repelente. Antes costaba apenas 150 pesos en cualquier tienda de productos industriales, o quizás 300, no recuerdo bien. Pero eso es una barbaridad, ni siquiera repele a los mosquitos».
Otra cubana compartió su experiencia personal: «Recuerdo que durante mi embarazo también hubo un brote de dengue y compré ese producto. Pero los mosquitos seguían atacándome. Parece que con ese repelente los mosquitos hacen una fiesta».
Estas quejas individuales se suman a la preocupación de un jubilado cubano que se quejó de que su pensión no es suficiente para hacer frente a los altos precios en todos los establecimientos. Cesáreo Navas Morlanes compartió en Facebook fotos de los precios en una tienda de La Habana y expresó:
«Para mí, resulta doloroso y evidente, ya que soy un jubilado que ha trabajado durante más de 50 años. A pesar de ello, el Gobierno Revolucionario, sus gobernantes y partidistas me recompensan con una pensión que no concuerda en absoluto con los precios de los productos alimenticios que se ofertan en los establecimientos privados y estatales».
Navas Morlanes continuó haciendo cálculos para ilustrar su situación: «Quizás alguien me diga: ‘¿Por qué te quejas si tu pensión es de 3887 pesos?’. Pero hagamos cuentas: si compro un cartón de huevos por 1800 pesos y un kilogramo de leche en polvo, que cuesta 2000 pesos como sustituto del vasito de leche prometido por el general Raúl Castro, entonces me quedarían solo 87 pesos de mi pensión para otros gastos necesarios para sobrevivir».
La frustración del jubilado cubano refleja las dificultades que enfrenta la población en general debido a los altos precios de los productos básicos. Se plantea la interrogante sobre las acciones que están tomando el Estado y sus ministerios de Comercio Interior, Finanzas y Precios, así como el ministro de Planificación y Economía, Alejandro Gil, y la Central de Trabajadores de Cuba, para controlar y regular los precios escandalosos e incontrolados.