En medio de las condiciones económicas desafiantes en Cuba, María Ercilia Oramas López, una locutora oficialista cubana, recurrió a las redes sociales para compartir su experiencia en la odisea de extraer dinero de un banco en La Habana. En su publicación, destacó el papel crucial de la «paciencia» al realizar transacciones financieras en las condiciones actuales. Oramas expresó su frustración ante la falta de funcionamiento de los cajeros automáticos y su necesidad imperante de acceder a su dinero.
La comunicadora relató su experiencia en la fila del banco, donde reflexionó con humor: «Entonces… cola para la caja. Respiro y paciencia». Cuando finalmente le llegó el turno, la cajera le informó con indiferencia: «Solo tenemos billetes de 5 pesos y nada más puede sacar 5000 pesos». Oramas se cuestionó por qué alguien querría retirar una cantidad tan grande en denominaciones tan pequeñas.
Con su característico sentido del humor, Oramas bromeó diciendo: «Hay que llevar una maleta». Sin embargo, la realidad era que ella solo necesitaba 200 pesos. Pacientemente esperó a recibir su dinero y, cuando finalmente lo obtuvo, se dio cuenta de que los 40 billetes de cinco pesos estaban sucios, manoseados y cochinos.
La insatisfacción de Oramas no era única. Muchos cubanos se preguntan por el estado de los billetes que reciben de los bancos. La falta de higiene en el dinero emitido ha llevado a especulaciones sobre su origen. Algunos incluso han comparado la apariencia del efectivo con algo recogido de un basurero, generando preocupación por la higiene y propagación de enfermedades. Afortunadamente, para Oramas, solo necesitaba una suma relativamente pequeña, pero se imaginó la situación si hubiera tenido que retirar los 5000 pesos permitidos.
La situación financiera en Cuba ha sido desafiante desde la implementación de la controvertida Tarea Ordenamiento en 2021. Esta medida buscaba poner fin a la dualidad monetaria en el país eliminando el peso convertible CUC. Sin embargo, ha traído consigo consecuencias negativas, como una inflación desmedida y una marcada escasez de alimentos, medicamentos y artículos de primera necesidad.
La alta demanda de dinero físico debido a los altos precios ha exacerbado aún más la disponibilidad limitada en los bancos. Ante esta situación, el gobierno ha intentado fomentar el uso de pasarelas de pago electrónicas como alternativa. Sin embargo, no todos los ciudadanos tienen acceso a la tecnología o conocimientos para utilizarla de manera efectiva.
Además, el régimen comunista de La Habana ha reconocido que imprimir nuevos billetes representa un costo considerable que no está dispuesto a asumir en este momento. Esto deja a los cubanos con billetes desgastados y sucios como único medio de intercambio en el sistema financiero.