El impacto de un lujoso Chevrolet Camaro rojo en las calles de Holguín ha dejado a los holguineros boquiabiertos. No es común ver vehículos de este calibre circulando por las vías de la ciudad, por lo que ha generado sorpresa e incredulidad entre los transeúntes. Un video compartido en el grupo de Facebook “San Nicolás de Bari No + Comunismo” muestra cómo el conductor acelera el automóvil mientras los motociclistas observan con asombro.
Este acontecimiento ha generado interrogantes en las redes sociales acerca de cómo un automóvil de esta naturaleza ha logrado ingresar a Cuba y qué trámites o gestiones ha debido realizar su dueño para adquirirlo. La gente se pregunta sobre la procedencia de este vehículo de lujo y cómo ha llegado a las calles de Holguín.
Recientemente, se dio a conocer el caso de un ciudadano cubano que pagó 43,000 MLC por un Toyota Yaris del 2009 en la única agencia autorizada del país para la venta de automóviles en Moneda Libremente Convertible (MLC), perteneciente a la Corporación CIMEX. Además del precio exorbitante que pagó por un vehículo de segunda mano, este cubano denunció en las redes sociales el pésimo estado de conservación del automóvil que tuvo que adquirir sin poder inspeccionarlo previamente y que luego descubrió estaba “podrido por debajo”.
Un usuario de Facebook identificado como Lisander Acosta Verges expresó su frustración y advirtió a otros cubanos interesados en comprar vehículos en la agencia de 20 y Primera de La Habana: “No te dejan revisarlos, no te dan una gota de gasolina y están todos podridos por debajo”. Estas denuncias han generado indignación y descontento entre los cubanos que buscan adquirir un automóvil a través de los canales oficiales.
En el año 2020, la Corporación CIMEX anunció en su página web la venta de automóviles en MLC, coincidiendo con la implementación de la Unificación Monetaria decretada por el régimen cubano. Esta medida formaba parte del “ordenamiento económico” del gobierno de Miguel Díaz-Canel. Según el comunicado emitido por la Corporación, los interesados debían acudir personalmente a la Agencia de Autos ubicada en la calle 20 entre 1ra y 3ra, en Playa, la única habilitada en ese momento para ofrecer este servicio. Se prometió una expansión gradual hacia otras partes del país, en función de la disponibilidad de vehículos y las condiciones de las agencias.
Los precios de los automóviles listados en ese entonces por CIMEX oscilaban entre los 34,000 y los 90,000 MLC. Esta cifra es alarmante considerando que el salario promedio en Cuba apenas alcanza los 25 dólares, teniendo en cuenta la cotización del mercado informal, que ha alcanzado un récord histórico al situarse la divisa estadounidense en los 202 CUP. La enorme brecha entre los precios de los automóviles y los ingresos de los ciudadanos ha generado críticas y descontento generalizado.
El ministro cubano de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, afirmó que el 85% de los ingresos generados por la venta de vehículos se destinaría a un fondo especial para mejorar los servicios de transporte público, mientras que el 15% restante se distribuiría entre CIMEX y sus tiendas. Estas declaraciones provocaron una reacción indignada por parte de los cubanos, quienes consideraron injusta la asignación de fondos y manifestaron su desacuerdo con la gestión del gobierno en esta materia.