Paula Alí, una talentosa actriz, es originaria del pueblo de Candelaria, en la provincia de Pinar del Río, aunque ahora se conoce como provincia de Artemisa. Durante los últimos 60 años, ha residido en el Vedado, en una ubicación central que prefiere mantener en reserva. Paula confiesa que le encanta vivir en este lugar, y nadie podría haber imaginado hace siete décadas que aquella joven y solícita camarera que trabajaba en un restaurante turístico en Soroa, mientras servía a los clientes, soñaba con llegar a La Habana para convertirse en actriz. Desde entonces, su única ambición ha sido cumplir su sueño de actuar en el escenario y nada más ha captado su interés.
Con un evidente deseo, buscaba entre los clientes alguien que pudiera ayudarla a abrirse camino en el mundo de la actuación. Su único y gran sueño siempre ha sido convertirse en actriz, y hoy en día, Paula Alí es una figura emblemática de la escena cubana. Su desempeño artístico memorable destaca por su sencillez, humildad y dedicación ilimitada a su profesión.
Durante los años 40, cuando aún era una niña, Paula dedicaba su tiempo libre en su pueblo natal a representar personajes inventados por ella misma. Incluso formó grupos de teatro que se presentaban en eventos específicos, como uno creado para apoyar la creación de la Liga contra el Cáncer. Organizaba estas representaciones en correspondencia con diversos acontecimientos que tenían lugar en Cuba.
Sin embargo, Paula enfrentaba numerosos desafíos. Vivir en un pueblo rural dificultaba su acceso a La Habana, y tampoco conocía a nadie relacionado con el mundo artístico. Un día, gracias a la intervención de su hermano, quien trabajaba en un taller donde se fabricaban los trofeos para premiar a los artistas, logró que la contrataran como modelo en uno de los programas de la CMQ. Estos programas musicales eran una especie de representación de lo que era un cabaret.
Así, Paula Alí hizo su debut en la televisión en 1956 junto a otras jóvenes cuya única función era permanecer sentadas en sillas. En aquel momento, desconocía su gran talento y tal vez debido a la modestia que siempre la ha caracterizado, se avergonzaba de decir que quería ser actriz. El simple hecho de estar en la televisión, siendo contratada casi de inmediato como modelo permanente, la llenaba de felicidad. A partir de ahí, le llegaron ofertas para ser modelo en diversos centros nocturnos. Sin tener experiencia previa en ese ámbito, aceptó sin dudarlo. El primer día le enseñaron unos cuantos pasos, la maquillaron, le pusieron un traje de baño lleno de piedras y lentejuelas, un sombrero enorme con plumas altísimas, y la lanzaron a la pista.
Mientras trabajaba en su empleo nocturno, continuaba en la CMQ, donde rápidamente le asignaron pequeños papeles en programas dramáticos debido a su dedicación y talento artístico. Esta oportunidad le permitió aprender de grandes estrellas de la televisión y el cine, como Gina Cabrera y Raquel Revuelta. En 1965, se le presentó la oportunidad de unirse al teatro Martí, donde participó en innumerables obras. Posteriormente, Bertha Martínez la descubrió y la ayudó a formar parte de una de las mejores agrupaciones teatrales de Cuba, el Teatro Estudio. Paula Alí siempre ha afirmado que esa fue su verdadera escuela.
Además de su participación en telenovelas, Paula ha demostrado su maestría artística en otros populares programas de televisión. El cine también ha sido uno de los campos donde ha cosechado numerosos éxitos, participando en decenas de películas e incluso obteniendo un gran premio por una de ellas. Aunque reconoce que se le han quedado en el camino muchas cosas que hubiera deseado hacer, como una revista musical, es innegable y contundente que Paula Alí ocupa un lugar muy especial en el corazón de los millones de cubanos que la idolatran desde hace seis décadas.
Paula Alí, con su sencillez, humildad y dedicación incansable a su profesión, ha dejado una huella imborrable en la escena artística cubana. Su historia de perseverancia y superación es un ejemplo inspirador para todos aquellos que persiguen sus sueños. Con su talento y pasión por la actuación, Paula Alí ha cautivado a audiencias durante más de seis décadas y su legado seguirá brillando en el panorama artístico de Cuba.