Los donantes voluntarios de sangre en el poblado de El Santo, en Encrucijada, provincia cubana de Villa Clara, fueron objeto de un “homenaje” que deja mucho que desear. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), encabezados por el espía Gerardo Hernández, decidieron reconocer a estos valientes donantes con una “caldosa cederista” y una “recogida de materias primas”. ¡Vaya forma de agradecerles por su generosidad en medio de la crisis alimentaria que azota al país!
Hernández no dudó en compartir imágenes de este supuesto homenaje, como si se tratara de algo digno de celebración. Sin embargo, los usuarios en las redes sociales no tardaron en expresar su incredulidad y descontento. Uno de ellos se preguntó por qué en lugar de ofrecerles una simple caldosa, no se les proporcionaba comida de verdad, como carnes, jamón o pescado. Es comprensible que esta “recompensa” haya generado más interrogantes que aplausos.
La prensa oficialista se encargó de justificar este acto tan poco satisfactorio. Alegaron que las limitaciones económicas y de combustible en el país imposibilitaron la realización del habitual acto central por el Día del Donante Voluntario de Sangre. Pero en lugar de encontrar una solución creativa y significativa, la dirección de los CDR simplemente instó a los cubanos a “agasajar en sus barrios” a aquellos que están dispuestos a salvar vidas. ¿Es esto lo mejor que se puede hacer para reconocer a estos héroes anónimos?
Aunque algunos intenten justificar este tipo de acciones mediocres, la realidad es que el reconocimiento y el agradecimiento hacia los donantes voluntarios de sangre merecen mucho más que una simple caldosa y una recogida de materias primas. No es sorprendente que el cumplimiento de las donaciones haya sido solo del 87% de lo esperado para el primer cuatrimestre del año. La falta de bolsas colectoras en el país y la baja calidad de las meriendas ofrecidas después de la extracción son solo algunos de los problemas que afectan a este noble acto.
Es evidente que las autoridades están priorizando otros aspectos de la atención médica, dejando de lado la importancia de fomentar la donación voluntaria de sangre. Las cirugías oncológicas, las urgencias médicas y otros programas tienen prioridad sobre el abastecimiento de recursos para facilitar y promover las donaciones. Mientras tanto, los donantes voluntarios continúan siendo marginados y recibiendo un reconocimiento insuficiente por su invaluable contribución.