El reconocido actor y humorista cubano, Rigoberto Ferrera, ha utilizado sus redes sociales para denunciar la cancelación de su espectáculo en el Centro Cultural Bertolt Brecht. Según Ferrera, el gobierno de La Habana se llevó el transformador que proporciona electricidad al sitio para “ayudar a una comunidad”. El artista describe la acción como “desnudar un santo para vestir a otro”, sugiriendo que hay un sesgo detrás de la medida.
Ferrera no es el único afectado por la decisión gubernamental. Varios artistas también se vieron perjudicados, y las obras de teatro programadas para ese fin de semana tuvieron que ser canceladas. El humorista cuestionó si al gobierno le importaba la cultura y si alguna vez habría un ápice de respeto por parte de las autoridades “competentes”. Para Ferrera, la respuesta es obvia: no hay respeto ni interés cultural por parte del gobierno.
La preocupación del artista sobre el papel del humor en la Cultura Nacional es evidente. Ferrera se pregunta si el humor es importante para las autoridades o simplemente les resulta incómodo. En su mensaje en redes sociales, el actor expresa su frustración por la destrucción impune de la pasión y las ganas de toda una generación de artistas.
A pesar de las trabas del gobierno, Ferrera no se da por vencido y asegura que seguirá dando funciones aunque sea con las condiciones mínimas. En una muestra de agradecimiento hacia sus seguidores, el artista reafirma su compromiso de continuar presentándose, incluso si es necesario hacerlo con una vela en una cueva.
La publicación de Ferrera ha generado decenas de comentarios de apoyo, incluyendo uno que sugiere una estrategia creativa para superar la adversidad. El usuario recomendó a Ferrera integrar al grupo de voceros del gobierno, Buena Fe, en su espectáculo, lo que podría llevar a la aparición del transformador y hasta el audio de Pink Floyd.