En un revelador informe, funcionarios estadounidenses familiarizados con inteligencia clasificada revelaron que China y Cuba han llegado a un acuerdo secreto para establecer una base de espionaje electrónico en la isla. Esta acción representa un nuevo desafío geopolítico de China hacia Estados Unidos, ya que la base permitiría a los servicios de inteligencia chinos interceptar comunicaciones electrónicas en el sureste de Estados Unidos y monitorear el tráfico marítimo norteamericano.
Según los informes, China ha acordado pagar miles de millones de dólares a Cuba para permitir la construcción de esta estación de espionaje, y ambas naciones han llegado a un acuerdo en principio. Esta revelación ha generado alarma dentro del gobierno de Joe Biden debido a la proximidad de Cuba a Estados Unidos. China se considera el rival económico y militar más importante de Washington, por lo que una base china con capacidades avanzadas de inteligencia y militares en el «patio trasero» de Estados Unidos representa una amenaza sin precedentes.
John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional, comentó sobre los esfuerzos de China para invertir en infraestructura con fines militares en todo el mundo, incluyendo el hemisferio occidental. Aunque no se refirió específicamente al informe, enfatizó que se está monitoreando de cerca la situación y se están tomando medidas para contrarrestarla, confiando en cumplir con los compromisos de seguridad en la región.
La base propuesta permitiría a China llevar a cabo inteligencia de señales, conocida como sigint en el mundo del espionaje, lo que implicaría el monitoreo de diversas formas de comunicación, como correos electrónicos, llamadas telefónicas y transmisiones satelitales.
Hasta el momento, la embajada china en Washington no ha emitido comentarios sobre el asunto, y la embajada de Cuba no ha respondido a las solicitudes de comentarios. Los funcionarios estadounidenses se han negado a proporcionar más detalles sobre la ubicación de la base o si su construcción ha comenzado. Queda por determinar qué acciones tomará la administración de Biden para abordar esta situación.
En el pasado, Estados Unidos ha intervenido para evitar que las potencias extranjeras extiendan su influencia en el hemisferio occidental, como durante la crisis de los misiles cubanos en 1962. Sin embargo, la revelación de esta nueva base de espionaje china se produce en un momento en el que la administración Biden busca mejorar las relaciones con China, tras meses de tensiones.
La reciente visita secreta del director de la CIA, William Burns, a China, y las conversaciones del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, con altos funcionarios chinos en Viena, demuestran los esfuerzos por establecer un diálogo constructivo. Aunque no se ha determinado si la base de espionaje china estuvo en discusión durante estos intercambios, se espera que el secretario de Estado, Antony Blinken, viaje a Pekín a fines de este mes, lo que podría abrir nuevas oportunidades para abordar este asunto.
Analistas sugieren que China podría argumentar que esta base en Cuba es una respuesta a las actividades militares y de inteligencia de Estados Unidos cerca de China. Sin embargo, la elección de Cuba como ubicación de la base se considera intencionalmente provocativa y envía un mensaje claro de que China está dispuesta a hacer lo mismo en el «patio trasero» de Estados Unidos.
China ha estado expandiendo su presencia militar en todo el mundo, incluyendo la creación de una base militar en Djibuti, en el Cuerno de África, y el desarrollo de puertos en países como Camboya y los Emiratos Árabes Unidos. Esta estrategia busca establecer una red global de puertos militares y bases de inteligencia para proyectar el poder chino en todo el mundo.