Pedro Miyares Vega, un cubano autodenominado «cederista ejemplar», ha dado mucho que hablar en los últimos días después de que decidiera tatuarse el rostro del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y el logo del Partido Comunista de Cuba (PCC) en su pecho. La imagen se hizo viral rápidamente y desató decenas de burlas en redes sociales, pero ¿qué hay detrás de este tatuaje?
Según cuenta Miyares en un texto publicado en Facebook, él es hijo de «padres revolucionarios» que le enseñaron a ser «humilde y respetuoso». A los 24 años, sufrió problemas nerviosos y gracias a Fidel Castro recibió tratamiento con inyecciones cuyo coste era de 90 dólares por semana. Después de superar este bache, se dedicó a trabajar en el ámbito ideológico en las redes sociales, sin recibir órdenes de nadie.
Una vez que Díaz-Canel asumió la presidencia, Miyares comenzó a trabajar en apoyo al gobernante, adquiriendo un gran conocimiento en inteligencia y contrainteligencia. Según explica en su discurso, «toda mi amarga experiencia vivida me daba la oportunidad de descifrar al enemigo oculto y su trabajo de manipulación en todo este tiempo». Miyares se deshizo en elogios hacia el presidente, a quien describió como «digno, altruista» y encargado de «derribar toda la mafia y corrupción que tanto daño le hacían a la patria al pueblo y a la Revolución».
Sin embargo, lo que para él es una muestra de devoción hacia el presidente y su partido, para muchos es motivo de risa y burla. Las redes sociales se llenaron de comentarios jocosos sobre el tatuaje de Miyares, desde los que dudan de la calidad de las inyecciones que recibió en su juventud hasta los que recomiendan que retome el tratamiento.
El tatuaje de Díaz-Canel en el pecho de Miyares ha dado lugar a decenas de comentarios divertidos, algunos de ellos cuestionando la calidad de las inyecciones que recibió y otros recomendándole que retome el tratamiento. Uno de los comentarios más llamativos fue: «Ahora cuando le llegue el parole tiene que buscar al tatuador y transformar la cara Canel en cotorra».
Desde luego, el tatuaje de Miyares ha generado muchas reacciones y opiniones encontradas. Algunos lo ven como una muestra de devoción hacia el presidente y la Revolución cubana, mientras que otros lo consideran una extravagancia sin sentido. Sea como sea, este episodio nos recuerda la importancia que tienen las redes sociales en nuestra sociedad actual y cómo pueden convertirse en un arma de doble filo.