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Estafada dice sentirse la cubana Yuleimy Alfonso tras comprar una lata de pasta de tomate y al abrirla descubrir que solo traía “agua”.
La cubana mostró en Facebook el hallazgo que la sorprendió en su hogar, luego de abrir una lata de puré de tomate de una minindustria local y descubrir que dentro solo contenía agua. Según Alfonso, ella no esperaba mucha calidad, en el producto partiendo de que el precio no resultaba abusivo algo que la hizo sospechar, aunque tampoco pensó que el engaño iba a ser de tanta magnitud.
“Se acuerdan cuando vendían pollo por pescado en la carnicería pues hoy me vendieron agua por puré de tomate “concentrado” La verdad que no sé si reírme o llorar, porque es de pin… pagar $630.00 por un producto (que siempre imaginé que no sería de la mejor calidad por su precio) pero que es una estafa. Y es que precisamente siento que me han estafado”, lamentó.
Yuleimy coloca el nombre del lugar donde fue estafada para que otras personas anden con precaución y en el día de ayer sábado aseguró que hoy buscaría la reposición de su dinero a la par que exigiría retirar el producto.
“La compra la hice en la placita de Minerva y Línea y literal es agua (transparente y cristalina como la del manantial) ni gota de tomate y por supuesto que mañana voy para ese lugar para que me devuelvan el dinero y que retiren ese producto para que nadie más caiga.Cuba avanza y…”, denunció también.
“Y después dicen que los americanos, a nosotros no nos van a matar ellos, nosotros nos estamos matando entre nosotros qué triste”, lamentó una persona en los comentarios a su denuncia.
Una internauta dijo haber tenido una experiencia positiva: “Yo compré una en la placita de Estero entre Velázquez y Cristina Ayer y por suerte esta buena
Sin embargo alguien aseguró que no confía en esas ventas.
“Yo no confío en ninguna de esas latas. El puré de tomate, o lo compro en la shopping, o lo hago yo. Igual no confío en ningún vendedor ambulante. La mayoría de los que venden se han acostumbrado a la trampa. Sólo les interesa hacer dinero, a base de engaño al consumidor. Ya entendí es así. [por ejemplo ] el pan de la libreta jamás llega ni siquiera a 60 g y debe tener 80. A veces parece pan para buffet.
ChatGPT
La cubana Yuleimy Alfonso se siente estafada después de comprar una lata de pasta de tomate y descubrir que en su interior solo contenía “agua”. En un post de Facebook, compartió su sorpresa al abrir la lata de puré de tomate de una minindustria local y encontrar que no había rastro de tomate. Aunque no esperaba la mejor calidad debido al precio asequible, nunca imaginó que se encontraría con tal engaño.
“Recuerdan cuando vendían pollo como pescado en la carnicería? Pues hoy me vendieron agua como puré de tomate ‘concentrado’. No sé si reír o llorar, porque es realmente frustrante pagar $630.00 por un producto (que de por sí no esperaba que fuera de la mejor calidad debido a su precio), pero esto es una estafa. Me siento completamente estafada”, lamentó Yuleimy.
Ella hizo hincapié en el nombre del lugar donde ocurrió el fraude, con el objetivo de advertir a otros para que tengan precaución. Además, mencionó que buscaría un reembolso y exigiría que retiraran el producto.
“Compré esto en la placita de Minerva y Línea, y resulta que es solo agua (transparente y cristalina como la de un manantial). Ni rastro de tomate. Por supuesto, iré allí mañana para que me devuelvan el dinero y retiren este producto, para que nadie más caiga en la trampa. Cuba avanza y…”, denunció indignada.
Los comentarios en su publicación reflejaron la decepción y la desconfianza hacia estas ventas. Una persona lamentó: “Y después dicen que los americanos no nos van a matar, nosotros nos estamos matando entre nosotros. Qué triste”.
Una internauta compartió una experiencia positiva: “Ayer compré una en la placita de Estero entre Velázquez y Cristina y por suerte estaba buena”.
Sin embargo, otro usuario expresó su desconfianza hacia estas ventas: “Yo no confío en ninguna de esas latas. El puré de tomate, o lo compro en la tienda o lo hago yo misma. No confío en los vendedores ambulantes. La mayoría de ellos se han acostumbrado al engaño. Solo les interesa hacer dinero a expensas de engañar al consumidor. Ya he entendido cómo funcionan. Por ejemplo, el pan de la libreta nunca llega ni siquiera a los 60 g y debería tener 80. A veces parece pan para un buffet”.