El cantante cubano Eduardo Antonio, conocido como «El Divo de Placetas», recientemente vivió una situación incómoda durante una entrevista en el programa del locutor Frank Abel. Desde el momento en que ingresó al estudio, el popular músico notó un detalle en la decoración que le resultó desagradable y su reacción no se hizo esperar.
Mientras Frank Abel le daba la bienvenida, Eduardo Antonio fijó su mirada en un cartel ubicado al fondo del estudio en el que aparecían varios artistas cubanos reconocidos, como La Diosa, Señorita Dayana, Gente de Zona, El Micha, Ovi, Lenier y el Chacal, entre otros. Para El Divo resultó desagradable no encontrarse a sí mismo ni a otros representantes importantes de la música cubana en dicho cartel.
«Siento que falta Amaury, Gloria (Estefan), Willy (Chirino), Albita, falta el Divo», comentó Eduardo al locutor, expresando su descontento por no ser parte de esa representación.
Ante esta situación, Frank Abel consultó al equipo de producción si era posible quitar el póster, pero recibió una respuesta negativa. Ante esta negativa, el locutor ofreció disculpas a Eduardo Antonio, reconociendo la falta de representación adecuada en el cartel. Sin embargo, el cantante aclaró que no se trataba solo de quitar el afiche, sino de incluir a los artistas que también merecían estar representados. El video del incidente fue compartido por el propio Eduardo Antonio en sus redes sociales, acompañado del comentario: «Se me ha faltado al respeto».
Además de este episodio incómodo, El Divo está viviendo un momento muy especial en su vida privada, ya que contrajo matrimonio con su novio Roy García en febrero de este año. El cantante compartió su sorpresa al verse tan nervioso por su boda, a pesar de todas las producciones que ha realizado a lo largo de su carrera.
Después de disfrutar de una luna de miel inolvidable, El Divo ha retomado sus presentaciones habituales en El Tamalazo. Sin embargo, surgió un debate con La Diosa debido a que ambos tenían programados conciertos el mismo día en el Watsco Center de la ciudad de Coral Gables. Estos conflictos de programación pueden ser habituales en la industria de la música, pero la pasión y dedicación de los artistas a menudo les llevan a expresar sus preocupaciones y buscar soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas.
