Según informes de la prensa oficialista cubana citando a autoridades sanitarias locales, al menos cuatro menores de edad que estudiaban en la Escuela de Profesores de Educación Física José de la Luz y Caballero, en la provincia de Artemisa, consumían marihuana durante el año 2022. Este dato alarmante fue revelado por Ireno David Esquijarrosa Cueto, funcionario encargado de la Salud Mental en la Dirección Provincial de Salud Pública.
El diario local El Artemiseño publicó un reporte donde se menciona que en 2021 se reportaron nueve casos similares, y hasta la fecha en lo que va de 2023 se ha registrado un caso en Bauta. Según el funcionario de Salud Pública entrevistado, la mayoría de estos casos ocurrieron en centros escolares, muchos de ellos con régimen interno. Sin embargo, el reporte no proporciona detalles específicos sobre los hechos ni expone más información sobre el consumo de drogas entre los estudiantes menores de edad en esa provincia occidental de Cuba.
El objetivo de esta información es abordar el impacto social y de salud de las drogas, siguiendo el enfoque didáctico característico de la prensa oficialista cubana, y explicar cómo se manejan estos casos en un país donde las autoridades afirman tener una política de «cero tolerancia» ante este fenómeno global.
No es la primera vez que se menciona el consumo de drogas por parte de menores en el país, ya sea de forma intencional o supuestamente accidental. Un ejemplo es el caso de tres niños de Villa Clara que fueron hospitalizados a principios de este año después de consumir caramelos de marihuana encontrados en cestos de basura del aeropuerto internacional Abel Santa María de Santa Clara.
Recientemente, se informó que los guardacostas cubanos confiscaron más de 300 kilogramos de marihuana en aguas cercanas a la costa norte de Holguín durante una operación internacional contra el tráfico de drogas en cooperación con el Servicio de Guardacostas estadounidense. Además, a finales de abril, las autoridades cubanas desmantelaron un grupo organizado de cubanos residentes en el extranjero que intentó introducir más de 300 kilogramos de drogas, incluyendo marihuana, cocaína y anfetaminas, tanto por vía marítima como aérea.
En julio de 2022, la Aduana cubana reportó la detección de 11 casos de intentos de tráfico de drogas en el primer semestre del año, una cifra que igualaba la cantidad total de casos en 2021. Yosvany Bárcenas González, director de gestión y control de riesgos de esa institución, señaló en ese momento que los traficantes utilizaban a viajeros como «mulas» para transportar cocaína líquida y en polvo, siendo esta una de las formas más comunes de introducir drogas en Cuba.
En septiembre del año pasado, la Aduana cubana detuvo a un pasajero procedente de Colombia en La Habana, quien tenía cápsulas de cocaína ocultas en su estómago, las cuales fueron detectadas mediante una prueba de rayos X.
