Amelia Calzadilla es una de las muchas personas en Cuba que se encuentran en una encrucijada. Por un lado, como madre de tres hijos, ha considerado seriamente la opción de abandonar el país para proteger a su familia de la difícil situación política y económica. Por otro lado, Calzadilla siente una fuerte lealtad hacia su familia y hacia Cuba, lo que la lleva a considerar la posibilidad de quedarse y trabajar para ayudar en la reconstrucción del país.
En una entrevista con Claudia Padrón del medio independiente Cubanet, Calzadilla compartió sus pensamientos sobre el tema.
Calzadilla explicó que aunque ha considerado la idea de irse de Cuba, no cuenta con los medios para hacerlo. «No soy de las personas que tiene quien le ponga un parole, quien la reciba», dijo. Además, Calzadilla es hija única y sus padres son personas mayores que necesitan de su cuidado, y ella también ayuda a cuidar a su abuela. La perspectiva de separarse de ellos y dejar a sus hijos sin la presencia de sus abuelos, quienes los han criado como segundos padres, es una preocupación para ella.
A pesar de estos obstáculos, Calzadilla está comprometida con la idea de proporcionar un futuro mejor para sus hijos. «La idea de irme sí ha cruzado mi mente con tal de protegerlos, de darles un futuro mejor, oportunidades, que no tengan que vivir temerosos de que algo me pase por hablar con la verdad», dijo. Sin embargo, también reconoce que su presencia en Cuba puede ser significativa para el cambio que desea ver en el país.
Calzadilla también habló sobre los cambios que ha experimentado desde que se convirtió en una activista política en Cuba. Según explicó en una entrevista con Ernesto Morales de CubitaNow, nunca más ha podido trabajar y su esposo ha perdido su licencia de conducir en varias ocasiones debido a su activismo político. Aunque esto es un gran sacrificio para ella y su familia, Calzadilla sigue comprometida con su lucha por un futuro mejor para Cuba.
«Quizá mañana algo cambie, pero hasta este momento el plan es estar aquí, en el mismo lugar, en el mismo apartamento, sin el gas, pasando las mismas necesidades, haciendo las mismas colas», afirmó Calzadilla. Esta postura refleja la complejidad del dilema al que se enfrentan muchas personas en Cuba: ¿irse o quedarse? La respuesta no es sencilla, ya que hay muchos factores a considerar, como los lazos familiares y el deseo de ayudar en la reconstrucción del país.
