En las últimas semanas, Cuba ha visto un aumento significativo en la tasa de delitos comunes, incluyendo robos y asesinatos. Uno de los casos más recientes tuvo lugar en la calle 23 y M, en el barrio de El Vedado, donde un hombre identificado como Rolando Párraga intentó robar un taxi conocido en la isla como «gacela».
Según un informe en redes sociales, el ladrón recibió una golpiza por parte de testigos del intento de robo y fue tendido en el suelo al parecer inconsciente. Dos policías presentes en la escena no sabían muy bien qué hacer ante la situación. Este incidente no es un caso aislado, sino que se suma a la cadena de sucesos reportados en los últimos meses.
La inseguridad ciudadana es cada vez más evidente en Cuba, lo que ha generado preocupación entre los ciudadanos y los turistas que visitan la isla. Los delitos comunes son cada vez más numerosos, incluyendo robos a mano armada, asaltos y otros actos violentos. Los ciudadanos reportan estos sucesos en redes sociales, lo que demuestra la gravedad del problema.
La falta de seguridad afecta no solo a los ciudadanos cubanos, sino también a los turistas que visitan la isla. Muchos turistas se sienten inseguros al caminar por las calles de La Habana y otras ciudades debido al aumento de la delincuencia. Esto puede tener un impacto negativo en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos del país.
Además, la inseguridad ciudadana tiene un efecto directo en la vida cotidiana de los cubanos. El miedo a ser víctima de un delito hace que muchas personas eviten salir de noche o caminar solas por las calles. Esto limita su libertad y su capacidad para disfrutar de su tiempo libre. Además, el aumento de la delincuencia puede generar un clima de desconfianza y violencia en la sociedad.