Una cafetería en La Habana ha causado controversia al anunciar que no aceptará billetes de 10 y 20 pesos cubanos. La locutora Marisela Alfonso Madrigal compartió su experiencia en Facebook, donde relató que al intentar pagar con billetes pequeños, el vendedor le informó que «tampoco aceptamos billetes pequeños, es decir de a $10 y de $20». Esta medida ha generado indignación y críticas por parte de algunos cubanos.
Antes conocido como el Bar de Elito Revé, este negocio ha cambiado su nombre a Lucky, pero según Madrigal, «más bien se ha convertido en un mercado mayorista de venta de cerveza». A pesar de esto, su precio es considerado uno de los mejores en La Habana, lo que hace que sea popular entre la población.
La decisión de la cafetería de no aceptar billetes pequeños ha generado diversas reacciones por parte de los cubanos. Algunos creen que esta medida puede deberse a problemas de contabilidad o a la falta de capacidad para contar grandes cantidades de billetes. Otros sugieren que podría ser una manera de evitar robos o falsificaciones de billetes.
Sin embargo, lo que queda claro es que esta medida refleja los desafíos y contradicciones del sector privado en Cuba. Aunque el país ha experimentado un crecimiento en los últimos años en la creación de pequeñas empresas, aún enfrenta limitaciones en términos de acceso a capitales y recursos, así como en su capacidad para competir con las empresas estatales.
Además, muchos de los negocios privados en La Habana están sujetos a regulaciones y restricciones, lo que dificulta su crecimiento y desarrollo. Por ejemplo, deben pagar altas tasas impositivas y cumplir con ciertas normas que pueden ser costosas e incluso restrictivas.
En este contexto, la decisión de la cafetería de no aceptar billetes pequeños es una muestra de cómo los negocios privados en Cuba deben encontrar formas creativas de sobrevivir y prosperar en un entorno difícil y competitivo. Sin embargo, también refleja la necesidad de políticas más amigables con el sector privado, que fomenten su crecimiento y contribuyan a la economía del país.
Es importante destacar que a pesar de estos desafíos, el sector privado en Cuba sigue siendo una fuente importante de empleo y emprendimiento, y muchos cubanos han encontrado en él una oportunidad para mejorar sus vidas y las de sus familias. Por ello, es fundamental seguir trabajando para crear un entorno propicio para el crecimiento del sector privado en Cuba.